La muerte es el único destino inevitable para todos, y aunque no sepamos cuándo llegará, es mejor estar preparados.
Sin embargo, más allá del dolor emocional, la partida de un ser querido puede traer consigo una carga económica significativa, especialmente cuando sucede de forma inesperada y sin previsión.
Enfrentar una pérdida no solo implica duelo, sino también una considerable inversión económica.
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Gastos básicos al fallecer
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Certificado médico de defunción
Si la persona fallece en casa o en un hospital, el médico tratante emite el certificado correspondiente. El costo varía según el médico o la institución que lo gestione.
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Certificado de defunción
El acta de defunción se tramita en el Registro Civil de Tamaulipas, presentando el certificado médico. Este documento tiene un costo de 1,470 pesos.
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Servicios funerarios
El costo de los servicios funerarios depende de las necesidades de la familia y los paquetes que ofrezca cada funeraria. En general, estos paquetes incluyen:
- Recepción y preparación del cuerpo
- Transportación
- Renta de capilla por 24 horas
- Servicio de cafetería
- Ataúd
Servicios adicionales como arreglos florales, videos conmemorativos y transportación de flores pueden elevar el precio. Según el paquete elegido, los gastos pueden oscilar entre 18 mil y 61 mil pesos para un entierro tradicional.
Si la opción es la cremación, el costo varía según si se realiza un velorio con el cuerpo presente o solo la entrega de cenizas.
La cremación puede costar entre 23 mil y 44 mil pesos.
Terreno en el panteón: El hogar eterno
El gasto no termina con el funeral. También es necesario adquirir un espacio en el panteón, que tiene un costo de entre 40 mil y 71 mil pesos, generalmente con capacidad para tres ocupantes.
¿Cuál es el costo total?
En promedio, un neolaredense puede llegar a gastar entre 59 mil 500 y 133 mil 500 pesos al fallecer, dependiendo de los servicios y el tipo de despedida que se elija.
Despedirnos de la vida no es solo un proceso emocionalmente complejo, sino también económicamente demandante. Prepararse con antelación, ya sea a través de planes funerarios o ahorros, puede aliviar la carga para la familia en un momento tan difícil.