En febrero del 2018 el Gobernador del estado, Francisco García Cabeza de Vaca, dijo que para el Hospital General de Nuevo Laredo “ni un mejoralito” y lo cumplió; cada lluvia se cae a pedazos y fuera de temporada gotea, pues los daños son mayúsculos.
Las palabras de García Cabeza de Vaca fueron secundadas por la secretaria de Salud, Gloria Molina Gamboa, tras una protesta de trabajadores de Salud por las condiciones en las que laboran, la falta de equipo y de insumos, y muchos de ellos sin base ni cobertura social, sólo atinó a decir que “si vamos hacer uno nuevo ¿por qué seguirle metiendo recurso a un hospital que se va a dejar?”
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La promesa de un nuevo Hospital General al poniente de Nuevo Laredo ha sido el argumento para no invertirle a éste, aunque el predio en que se está construyendo el nuevo lleva meses sin avance alguno.
La semana pasada, en la que no paró de llover, el nosocomio tuvo serias filtraciones de agua, se cayeron plafones e incluso el techo del consultorio del médico epidemiólogo se derrumbó, y no se diga del área de urgencias médicas, una de las más afectadas.
Para reparar estos daños se requiere de 3 millones de pesos para impermeabilizar, un millón más para el cambio de plafones, y para medio reparar el edificio, entre 10 y 12 millones de pesos, según estimaciones de Félix Rodríguez, responsable del área de Mantenimiento del hospital.
Rodríguez comentó que si bien se calculó este presupuesto, el recurso no lo han enviado. También se le pidió apoyo al Municipio, ya que no se cuenta con el recurso material, humano ni económico para poder decir cuándo estará listo; hay que esperar a que se seque la humedad para poder impermeabilizar.
“Para una inversión como tal, el presupuesto que tenemos es de 3 millones de pesos nada más para la impermeabilizada y otro millón más para cambiar los plafones que se están cayendo, pero si quisiéramos tenerlo al 100 por ciento tendríamos que cambiar ciertas tuberías de varias áreas; sería entre 10 y 12 millones de pesos”, declaró.
Mientras que las promesas siguen, el hospital se cae a pedazos y la dirigencia sindical en Tamaulipas pide que investiguen a la secretaría de Salud Gloria Molina Gamboa para conocer el destino de cerca de 450 millones de pesos etiquetados para personal de salud, que no fue recibido.
De acuerdo a Adolfo Sierra Medina, líder estatal del Sindicato de Trabajadores de la Salud, ese dinero debió utilizarse para descongelamiento de plazas, incluso uniformes que no se han entregado en dos años y del programa de estímulos y recompensas, entre otros, porque hay muchas maneras de haberse reorientado ese recurso, incluso en el pasado proceso electoral.
Explicó que cuando se traslada al costo de las plazas se está hablando de 432 millones de pesos, si ese dinero se suma a los dos uniformes que les deben del 2020 y 2021, se tienen que sumar otros 15 millones de pesos, aunado a eso adeudan 4 millones y medio de gastos de camino para el programa de Vectores y sobre el programa de estímulos y recompensas adeudan cerca de 3 millones.
Por mientras, con cada lluvia que pasa, el Hospital General en Nuevo Laredo registra más y más daños.