Nuevo Laredo.- Pablo Perez de la Rosa, lleva 29 años practicando la pesca recreativa, desde que era niño, el gusto por la caña de pescar siempre se mantuvo, pues ha sido una actividad que viene de generación en generación.
El pasado viernes 14 de junio, lo que inició como cualquier otro día de pesca, alrededor de las 7:00 de la mañana, a orillas del Bravo, se convirtió en un día de suerte, de aquellos días que traen escondido un triunfo de peso y altura.
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“Fue un pez Catan lo que atrape, es muy común verlos en esta temporada, sin embargo su gran tamaño hizo más difícil poder atraparlo porque el pez trató de esconderse entre ramas y palos, por eso me tocó meterme al agua y sacarlo”, señaló Pablo.
Al salir del agua noto su gran magnitud, pues midio aproximadamente 2 metros de altura, sin embargo, para el neolaredense no es el primer triunfo que se ha llevado en la pesca, pues señaló que como este ha pescado más, y de tamaños impresionantes.
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Desde los 10 años de edad, este pasatiempo cada vez más toma fuerza, y el Río Bravo, se convierte en el tesoro más preciado para muchos neolaredenses quienes por años han mantenido una tradición de antaño; y aunque a veces solo se gana la vista y la paz que ronda al río, También, hay momentos para premios de varios metros, que termina en un festín con los “camaradas”, como lo señaló Pablo, quien pertenece al grupo de cataneros de Nuevo Laredo.