Septiembre no solo es sinónimo de fiestas patrias, sino también de cambios que transforman el paisaje en gran parte de México.
Para los amantes de la naturaleza, este mes es un regalo, el incremento de lluvias llena ríos, arroyos y lagos, revitalizando ecosistemas y ofreciendo espectáculos naturales difíciles de igualar.
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De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), entre julio y septiembre se registran precipitaciones promedio de hasta 800 mm en el occidente, centro y sureste, mientras que en el norte del país se acumulan alrededor de 300 mm.
Estos volúmenes de agua generan caudales impresionantes que convierten a septiembre y al inicio del otoño en la mejor época para visitar cascadas y parajes naturales.
Destinos más recomendados
- Cascada Velo de Novia (Valle de Bravo, Estado de México): con sus 35 metros de caída, se vuelve más intensa en esta temporada, enmarcada por bosques de encinos y pinos que la rodean
- Cascada de Piedra Volada (Chihuahua): la más alta de México, con 463 metros de caída, localizada en el corazón de la Sierra Tarahumara, ideal para los aventureros
- Cascada de Tamul (Huasteca Potosina): 105 metros de caída en un cañón de 300 metros de profundidad, que en septiembre se puede recorrer en canoa
- Cascada Cola de Caballo (Nuevo León): un clásico para los regiomontanos, ubicada en un parque ecoturístico que ofrece actividades de aventura
- Cascada Misol-Ha (Chiapas): con 30 metros de caída, rodeada de selva y fauna endémica, es una de las joyas naturales más visitadas en esta época
Los expertos recomiendan revisar el pronóstico del tiempo antes de visitar estos sitios, ya que el caudal puede aumentar de forma repentina y representar un riesgo para los visitantes.
Septiembre demuestra que, lejos de terminar con el verano, la naturaleza apenas comienza su espectáculo más vibrante.