Durango se encuentra consternado por un caso que mezcla tragedia, negligencia y un presunto encubrimiento. La muerte de Paloma Nicole, una adolescente de apenas 14 años, tras una cirugía estética a la que, según la denuncia de su padre, fue sometida sin su consentimiento, ha destapado una serie de interrogantes sobre las prácticas médicas en la capital del estado. ¿Cómo pudo una joven saludable fallecer en una clínica? ¿Qué oculta el certificado de defunción? Esta es la desgarradora batalla de un padre por la justicia.
A través de una publicación en Facebook, el hombre que se identifica como Carlos Said Arellano, relató los hechos que terminaron con la vida de su hija. Según su testimonio, el 12 de septiembre, Paloma Nicole fue intervenida quirúrgicamente en una clínica ubicada en la calle Fénix de Durango, Durango por un médico identificado solo con las iniciales VMRG.
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El padre asegura que el procedimiento se realizó sin el consentimiento de la menor y en complicidad con su madre, a quien señala con las iniciales PJEQ. Lo que debería haber sido una cirugía rutinaria se convirtió en una pesadilla de ocho días de sufrimiento para Paloma, quien finalmente falleció el 20 de septiembre.
Muerte extraña
Pero la tragedia no terminó ahí; Carlos Said acusa una maniobra para ocultar la verdad. En su publicación, afirma de manera contundente: “En su certificado de defunción falsamente se asentó enfermedad como causa de muerte, intentando encubrir la verdad”. Esta grave acusación eleva el caso de una posible negligencia médica a un presunto delito de encubrimiento.
Ante esto, el padre interpuso una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado de Durango, exigiendo una investigación exhaustiva. “Exijo que se investigue a todos los responsables: el doctor, la madre, el hospital, sus administrativos y quienes participaron en este encubrimiento”, declaró.
Además, hizo un llamado al gobernador Esteban Villegas y a la señora Marisol Rosso para que intervengan y aseguren que el crimen no quede impune.
Caso Jaqueline Yamilet
Este lamentable suceso trae a la memoria el caso de Jaqueline Yamilet Briones Torres, una joven de 25 años que perdió la vida en Monterrey, Nuevo León, en circunstancias alarmantemente similares.
En agosto de este año, Jaqueline falleció durante una liposucción en el Edificio Médico de Especialistas, tras sufrir una fuerte hemorragia. Se reportó que el médico cirujano abandonó el lugar y fue el anestesiólogo quien la trasladó de urgencia al Hospital Universitario, donde fue declarada sin vida.
La similitud entre ambos casos prende las alarmas sobre los protocolos de seguridad y ética en ciertas clínicas de cirugía estética en México, donde la falta de regulación estricta puede tener consecuencias devastadoras.