Las chinches besuconas se perfilan como un desafío preocupante para la salud pública en México. Un análisis de datos provenientes de la plataforma iNaturalist, que reúne observaciones de ciudadanos y especialistas, permitió trazar modelos de distribución que anticipan los estados donde estos insectos hematófagos podrían extenderse.
Los resultados señalan áreas críticas en el norte del país, con proyecciones que incluyen estados de clima semiárido y templado.
Chinches besuconas avanzan a estos estados
Estos insectos, pertenecientes al orden Hemiptera, poseen una estructura bucal especializada para perforar y succionar, lo que les facilita alimentarse de sangre de mamíferos.
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Su relevancia sanitaria se debe a que son portadores del parásito Trypanosoma cruzi, responsable de la enfermedad de Chagas, padecimiento que afecta corazón, aparato digestivo y sistema nervioso, con riesgos potencialmente mortales si no se detecta en fases tempranas.
Para construir los modelos predictivos, los investigadores combinaron registros de presencia, a menudo dispersos, con información ambiental como temperatura, humedad, relieve y cobertura vegetal.
Esta metodología, conocida como modelado de nicho ecológico, permite reconocer entornos semejantes a los hábitats actuales de las especies y proyectar su posible expansión. Herramientas de este tipo ya se aplican en control de plagas, conservación de fauna y monitoreo de vectores de enfermedades.
Regiones en peligro
Los análisis identificaron escenarios de alta probabilidad para distintas especies de chinches en entidades como Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, e incluso zonas de transición hacia el Bajío y el sureste. La colaboración ciudadana ha sido esencial: más de 700 reportes recientes han enriquecido las bases de datos, fortaleciendo la precisión de los mapas de riesgo.
Especialistas advierten que la vigilancia epidemiológica y la educación comunitaria serán claves para reducir contagios, pues la detección temprana permite tratamientos efectivos.
Con la evidencia generada, las autoridades sanitarias disponen ahora de una guía estratégica para enfocar campañas de prevención en las regiones donde las chinches besuconas podrían consolidar su presencia.