MÉXICO

Fiestas Patrias 2025: Monterrey fue la capital de México; ¿cuánto tiempo duró?

Monterrey sirvió como capital de México, transformándose en el último bastión de resistencia republicana

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Mientras la Ciudad de México es, a la fecha, la capital del país, un capítulo poco conocido de la historia nacional revela que Monterrey fungió como el centro del poder Ejecutivo durante cuatro meses.

Este extraordinario evento ocurrió durante la Segunda Intervención Francesa, cuando el presidente Benito Juárez y su gobierno legítimo se vieron obligados a establecer la sede de poder en el norte del país.

El gobierno itinerante de Juárez

Tras la imposición del Segundo Imperio Mexicano y la coronación de Maximiliano de Habsburgo en 1864, el gobierno constitucional de Juárez inició un viaje hacia el norte mexicano buscando refugio y apoyo estratégico. Después de pasar por San Luis Potosí y Saltillo, el presidente llegó a Monterrey en abril de 1864, declarándola capital provisional de la República.

Los cuatro meses que cambiaron la historia

Monterrey sirvió como capital de México desde abril hasta agosto de 1864, transformándose en el último bastión de resistencia republicana. Durante este breve pero intenso periodo, la "Sultana del Norte" se convirtió en:

  • Centro de operaciones del gobierno legítimo mexicano
  • Símbolo de la resistencia nacional contra la ocupación extranjera
  • Base estratégica para organizar la defensa de la soberanía nacional

La estancia de Juárez en Monterrey estuvo marcada por un tense conflicto de poder con el gobernador Santiago Vidaurri, quien controlaba militar y económicamente Nuevo León y Coahuila. La negativa de Vidaurri de ceder los ingresos de las aduanas fronterizas al gobierno federal, recursos vitales para financiar la guerra, generó una ruptura irreversible entre ambos líderes.

Aunque Juárez partió hacia Chihuahua en agosto de 1864 ante las presiones francesas y la hostilidad local, este episodio consolidó a Monterrey como refugio temporal de la soberanía nacional.

Así, la capital de Nuevo León se volvió testigo de la determinación juarista por mantener la legalidad republicana, sentando un precedente histórico de la capacidad del norte para albergar proyectos nacionales.

Este capítulo olvidado revela cómo la capitalidad mexicana ha sido, en momentos críticos, un cargo itinerante que sigue la determinación de preservar la independencia nacional sobre la comodidad de la sede tradicional.