Ir a la peluquería no es solo “cortarse las puntas”; es cerrar ciclos, reinventarse, impresionar o simplemente salir con esa sensación de renovación que tanto necesitamos. Pero no siempre pasa: a veces, en lugar de salir felices, terminamos más dañados de lo que entramos.
Por eso, recopilamos las 9 señales de advertencia que los expertos en estilismo y usuarios han revelado: Si notas alguna de ellas, lo mejor es dar media vuelta antes de poner tu cabello en riesgo.
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Señales de alarma en la peluquería
- No aceptan citas: Si solo atienden por orden de llegada, es probable que manejen a los clientes como en una línea de producción, sin dedicarles el tiempo necesario.
- Precios sospechosamente bajos: Lo barato puede salir caro. Generalmente implica productos de baja calidad y atención exprés.
- Solo te muestran la carta de colores: Una buena peluquería explica qué tonos son posibles en TU tipo de cabello. Si solo te enseñan la carta sin contexto, desconfía.
- No hacen consulta previa: Antes de cualquier corte o tinte, el estilista debe analizar tu cabello y tus expectativas. Si no lo hacen, es un error enorme.
- Comentarios inapropiados: Frases como “tienes poco cabello” o “ese estilo no te queda” sin tacto ni profesionalismo son focos rojos.
- Cortes eternos y mal ejecutados: Si un corte sencillo toma demasiado tiempo y el resultado no es el esperado, probablemente faltan habilidades.
- Cancelaciones constantes: Reprogramaciones y cambios de última hora reflejan desorganización y falta de respeto al cliente.
- Impuntualidad habitual: Todos podemos retrasarnos alguna vez, pero si es recurrente, es señal de poco compromiso.
- La temida pregunta: “¿Lo de siempre?”: Si tu estilista no propone ideas nuevas ni se interesa por tus cambios, quizá ya no está conectado contigo.
Clave para una buena experiencia
Tu cabello es parte de tu identidad y cuidarlo requiere confianza. Encontrar la peluquería adecuada puede marcar la diferencia entre salir frustrada o salir con la autoestima por las nubes.
Presta atención a estas señales y asegúrate de que tu próxima visita al salón sea lo que mereces: un momento de cuidado, estilo y verdadera renovación.