Una mujer rusa, residente en la Ciudad de México, se volvió el centro de la polémica en redes sociales luego de lanzar un comentario que fue calificado como un desprecio hacia la cultura mexicana.
Rusa critica la música tradicional mexicana
Todo comenzó con un video viral grabado en un restaurante capitalino, donde la influencer Natalia Popova, acompañada de amigas, reaccionó al escuchar a un cantante de huapangos en la calle. En tono de burla, cuestionó:
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“Explíquenme por qué los músicos en Ciudad de México creen que esto es arte”.
Sus palabras fueron interpretadas como una ofensa directa a una de las expresiones más tradicionales de México, lo que desató una oleada de críticas.
Mexicanos exigen que se vaya del país
Cientos de usuarios en redes sociales le reclamaron por su falta de respeto hacia la música y las tradiciones, llegando incluso a pedirle que abandone México si no está conforme con la cultura del país.
La discusión escaló hasta tocar otro tema sensible: la presencia de extranjeros en México que, según los internautas, encarecen rentas, servicios y consumos sin aportar lo suficiente al país.
Ante la avalancha de críticas, Popova se defendió asegurando que no está obligada a pagar el Impuesto sobre la Renta, pues sus ingresos provienen del extranjero.
“Dejo aquí el 100 por ciento de mi dinero: pago renta, compro tacos, todo se lo dejo a los mexicanos”, argumentó.
También explicó que lleva dos años viviendo en México y que, desde que publicó el polémico video, ha recibido “odio masivo” y ataques en línea.
Lejos de calmar la polémica, la influencer lanzó una frase que fue vista como un desafío: “Si sientes que te quitan algo, pregúntate qué puedes ofrecer a personas como yo, que sí queremos comprar”.
Este comentario aumentó el descontento y consolidó el odio generalizado contra su persona por sus seguidores mexicanos.
La discusión sigue creciendo, con cientos de usuarios cuestionando el papel de extranjeros en México y el respeto hacia las tradiciones nacionales. Mientras tanto, la figura de Popova permanece en el ojo del huracán, enfrentando un rechazo masivo que no parece detenerse.