En redes sociales son promovidas las tandas para cirugías estéticas con la finalidad de que mujeres se sometan a ciertos procedimientos pagando ciertas cantidades de dinero. Las personas involucradas en la tanda eligen un número y ese sería su turno para ser programadas para la cirugía, pero mientras deberán depositar o pagar en efectivo los plazos requeridos para que otras personas también cumplan su sueño.
Los pagos de una tanda para una cirugía estética pueden ser semanales, quincenales o mensuales, según sea la organización. La finalidad es que todas las mujeres u hombres involucrados en la tanda cubran el total de su cirugía, pero existe la posibilidad de que alguno de los miembros no pague o caiga en la morosidad de sus pagos y esto afectaría al grupo que espera su turno de ser operado.
Hay personas que para poder juntar el dinero de una cirugía plástica recurren a tandas. Los procedimientos que regularmente se cubren con el método informal de ahorro colectivo son: cirugía de nariz, bichectomía, lipotransferencia, abdominoplastía y aumento de senos.
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Los riesgos de las tandas de cirugías plásticas
El aumento de las tandas de cirugías estéticas ha ocasionado que especialistas insistan en que los procedimientos se realicen única y exclusivamente en clínicas avaladas y con médicos certificados ante la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, que es el organismo que agrupa a todos los cirujanos autentificados del país.
Se han dado casos en que los organizadores de las tandas de cirugías crean “convenios” con algunas clínicas operadas por médicos sin certificación o estudios especializados que avalen su desempeño, lo que aumenta en gran medida las consecuencias durante una cirugía.
Algunas consecuencias durante una cirugía mal practicada:
- Infección en los tejidos
- Arritmia cardiaca
- Perforación de órganos
- Embolia pulmonar
- Incluso en casos muy extremos, la muerte
Si se desea participar en una cirugía plástica, primero se debe asegurar que el médico que realizará el procedimiento esté avalado por la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva. Además, la clínica donde se realizará la cirugía debe contar con una licencia sanitaria para servicios quirúrgicos y un aviso de funcionamiento, ambos expedidos por la COFEPRIS.