¿Conviene comprar un auto con historial de inundación cuando su precio es un 50% menor al promedio del mercado? A primera vista, puede parecer una oportunidad difícil de rechazar, sobre todo si el auto luce bien y funciona con aparente normalidad.
No obstante, detrás del atractivo económico pueden esconderse complicaciones que superen con creces el ahorro inicial.
Autos inundados
Uno de los principales riesgos radica en los desperfectos invisibles. Aunque un vehículo pueda arrancar y circular sin problemas tras una inundación, su sistema eléctrico podría haber sufrido daños que se manifiesten meses o incluso años después.
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Módulos corroídos, sensores inestables o cables con humedad residual pueden provocar fallos intermitentes difíciles de diagnosticar y costosos de reparar.
Además, las aseguradoras suelen poner obstáculos adicionales: algunas niegan cobertura, otras aplican primas elevadas, y en ciertos casos, los autos con título de "pérdida total" o "salvage" quedan excluidos de ciertas pólizas.
Este mismo título complica también la reventa, ya que muchos compradores potenciales lo consideran sinónimo de problema seguro, sin importar el estado actual del auto.
Eso no significa que todas las compras de este tipo deban descartarse. Si el coche fue expuesto solo a agua dulce y se ha secado correctamente, si el interior está intacto y no hay olores a humedad, si los módulos electrónicos responden bien en un escaneo completo y el motor no presenta rastros de ingreso de agua, el panorama cambia.
No todo está perdido...
Un técnico puede evaluar con precisión el daño real y orientar sobre la viabilidad de la inversión.
Verificar el historial del auto y solicitar una inspección profesional son pasos esenciales para cualquier comprador que contemple esta posibilidad. Un coche con historial de inundación puede ser útil si se comprende lo que implica, se evalúa con criterio técnico y se está dispuesto a asumir los riesgos potenciales.
De esta manera, ¿conviene comprar un coche con historial de inundación? La respuesta depende menos del precio y más de la información que el comprador tenga en sus manos.