En el mercado hay cientos de marcas que creemos que son mexicanas, pero no lo son, y en el ‘mejor de los casos’ lo eran en sus inicios. Algunos de estos productos son clásicos de la canasta en los hogares del país, pero no son paisanos.
En la gran parte de estos casos, las empresas tuvieron un origen mexicano, pero con el paso del tiempo fueron adquiridos por conglomerados internacionales, por lo que ‘perdieron su identidad’; estos algunos de los ejemplos más impactante.
Chocolate Abuelita
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Un clásico de la cocina mexicana con la imagen de Sara García, reconocida como la abuelita del cine mexicano. El producto nació de la chocolatera La Azteca, 100 por ciento nacional, pero fue adquirida por Nestlé; desde hace más de dos décadas, el Chocolate Abuelita es más suizo que connacional.
Tequila Don Julio
Una de las botellas más queridas en México tiene un ‘toque británico’. El tequila Don Julio era parte del conglomerado Casa Cuervo, también responsable de otros destilados, pero en 2015 por la ‘módica’ cantidad de 360 millones de dólares pasó a manos de Diageo, firma de origen europeo.
Comex
La terminación ‘mex’ ya no es tan ‘mex’ como parece. La firma de pinturas tuvo un origen nacional, pero sus altas ventas llamaron la atención de inversores extranjeros. La empresa Sherwin-Williams trató de adquirirla en 2012, pero la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) ‘tiró’ el trato por considerar el movimiento como un acto de monopolio. Poco después, PPG Industries, de Estados Unidos, logró comprar el consorcio por una cantidad de 2 mil 300 millones de dólares.
A la lista se suman marcas como la cerveza Corona y todo el Grupo Modelo, la refresquera Peñafiel, la galletera Gamesa, el banco Banamex y un largo etcétera; en todos los casos, fueron adquiridos por ‘peces’ más grandes.