GASTRONOMÍA

Esta cantina lleva más de 100 años conquistando Monterrey; sirve este platillo desde hace un siglo

Su ambiente de época, servicio impecable y especialidad en carne adobada lo han hecho un destino imperdible tanto para locales como para visitantes

Escrito en NACIONAL el

En una ciudad que no deja de crecer ni reinventarse, hay lugares que resisten el paso del tiempo con elegancia y sabor.

Tal es el caso del restaurante-cantina Indio Azteca, fundado en 1920 en lo que entonces eran los límites de Monterrey y que hoy es considerado un emblema de la cocina tradicional mexicana en Nuevo León.

Ubicado en pleno corazón del centro regiomontano, en la avenida Francisco I. Madero, el Indio Azteca no solo ha sobrevivido a generaciones de comensales, sino que ha sabido conservar su esencia original, un servicio formal, rápido y atento, una ambientación que evoca los primeros años del siglo pasado y, sobre todo, un platillo que lo distingue de cualquier otro lugar, la carne adobada de cerdo.

Preparado con una receta que ha pasado de mano en mano durante más de cien años, es el motivo por el cual muchos locales y turistas regresan una y otra vez. Ya sea para cerrar negocios, celebrar entre amigos o simplemente disfrutar de una comida con historia, el Indio Azteca es sinónimo de tradición bien servida.

Durante gran parte del siglo XX, el Indio Azteca funcionó como una cantina tradicional al estilo antiguo, en la que las mujeres no podían entrar, ni siquiera como acompañantes. Esta regla no escrita reflejaba las costumbres de la época, cuando estos espacios eran considerados exclusivos para hombres.

Su ambiente relajado, sus muebles antiguos y su decoración característica transportan a los visitantes a una época distinta, donde el tiempo parece haberse detenido.

Este detalle, lejos de ser solo estético, contribuye a que la experiencia culinaria se sienta completa y auténtica.

Actualmente, el Indio Azteca cuenta con dos sucursales: una en el Centro de Monterrey y otra en San Pedro Garza García, en la avenida Ricardo Margain. Ambas mantienen la misma esencia y compromiso con la calidad que le han valido el reconocimiento como la cantina tradicional de Monterrey.

Para muchos regiomontanos, comer en el Indio Azteca no es solo una comida más, sino un rito de identidad. Y para los foráneos, es una invitación directa a conocer, a través del paladar, un pedazo vivo de la historia del norte de México.