Desde su veneración por los mexicas hasta formar parte del escudo nacional, esta especie enfrenta una crisis que podría hacerla desaparecer de los cielos de México, el águila real es mucho más que un ave en México; es un símbolo profundamente enraizado en la identidad nacional.
En 1994 el Águila Real fue incluida como especie en peligro de extinción en la lista de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994.
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Quedan menos de 200 parejas de águilas reales en México, esta emblemática especie se encuentra amenazada por la caza furtiva, el envenenamiento accidental, la electrocución en cables de alta tensión, el saqueo ilegal de sus nidos y, sobre todo, la pérdida de su hábitat.
Datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, señalan que en México existen 183 parejas reproductivas de águila real, principalmente en Chihuahua (59), Zacatecas (34), San Luis Potosí (16), Baja California (15) y Durango (15).
¿PORQUÉ ES IMPORTANTE PRESERVAR AL ÁGUILA REAL?
El águila real contribuye al equilibrio de los ecosistemas como depredador superior, es decir regula a las poblaciones de liebres, conejos, tlacuaches y ardillas.
La distribución del águila real abarca los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, y Querétaro.
¿CÓMO PRESERVAN AUTORIDADES A ESTA SIMBÓLICA ESPECIE?
Para impulsar su conservación, en Jalisco a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, en colaboración con otras dependencias y gobiernos ha realizado proyectos de monitoreo y protección del hábitat de dicha especie.
Esto, porque el águila real hizo de Jalisco un hogar como se ha documentado en los últimos años, sobre todo en la región norte del estado, donde se integraron cuatro brigadas de monitoreo especializadas.
De esa manera se identificaron y monitorearon siete territorios de anidación del águila real, además en los municipios que integran la región norte se han registrado y observado 18 ejemplares, así como documentado tres casos de éxito reproductivo con polluelos de águila real que abandonan el nido de forma exitosa y en buen estado.
Además, se confirmó la anidación de una pareja, se documentó el proceso de crecimiento de un polluelo que salió del nido a quien le nombraron Matías “El Alteño”, que fue el primer registro de éxito reproductivo en la región y con información de telemetría satelital se han identificado cinco sitios en condiciones para la anidación de la especie.
Las hembras, son más grandes que los machos, alcanzan una longitud de hasta un metro y una envergadura de entre 2,15 y 2,27 metros. Los machos, por su parte, miden entre 80 y 87 centímetros, con una envergadura de 1,82 a 2,12 metros. Ambas tienen un plumaje café oscuro, con matices rojizos en el dorso y plumas lanceoladas de color castaño amarillento en la cabeza y la nuca.