Eran cerca de las 7 de la tarde en Santa Catarina, Nuevo León, cuando un reporte de emergencia activó todas las alertas: un hombre estaba al borde de un puente peatonal, con la clara intención de saltar.
En minutos, dos oficiales mujeres de la Secretaría de Seguridad Pública arribaron a la avenida Luis Donaldo Colosio, en la colonia Adolfo López Mateos. Lo que encontraron era una escena tensa: un hombre, de aproximadamente 33 años, identificado como Ricardo “N”, ya estaba sobre el barandal, mirando hacia el vacío.
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No hubo tiempo para dudas
Las policías actuaron con rapidez, pero sobre todo con empatía, en lugar de forcejear, apostaron por algo más poderoso, el diálogo.
Durante casi 30 minutos, hablaron con Ricardo, le ofrecieron palabras de aliento, comprensión y, sobre todo, escucharon. Poco a poco, lograron que desistiera. El momento más crítico pasó cuando él mismo, entre lágrimas, decidió bajar del barandal y caminar hacia las oficiales.
Elementos de Protección Civil ya estaban listos con una ambulancia. Tras descender, Ricardo fue revisado por paramédicos y trasladado a un sitio seguro, sin lesiones físicas pero con la promesa de recibir atención psicológica.
Este tipo de acciones ponen en alto el valor humano de la labor policial. No se trató de un arresto, ni de un enfrentamiento, fue una intervención donde la vida, el tacto y la capacitación emocional marcaron la diferencia.
Gracias a la intervención oportuna de estas agentes, lo que pudo ser una tragedia, terminó en un rescate exitoso.