Imagínate contestar el teléfono y escuchar una voz grabada que te habla con total familiaridad: menciona tu nombre, sabe en qué banco estás y te ofrece una promoción irresistible. Pero no es un asesor real: es una “robollamada”, un software automatizado con un solo propósito oculto: robar tu identidad.
Este nuevo modus operandi está creciendo en México, a través de llamadas automatizadas, delincuentes cibernéticos recolectan información sensible como tu nombre completo, CURP, fecha de nacimiento e incluso claves bancarias.
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Aunque suene como una simple llamada molesta, en realidad puede ser el primer paso para abrir créditos a tu nombre, cometer fraudes financieros o vender tus datos en el mercado negro.
A diferencia de los fraudes tradicionales, estas llamadas no necesitan interacción humana. Utilizan sistemas que llaman en masa, graban tus respuestas y, con inteligencia artificial, ajustan el mensaje según lo que dices.
Si caes en el juego, es posible que no notes nada raro… hasta que veas cargos en tu cuenta bancaria o descubras un crédito a tu nombre que nunca solicitaste.
Expertos en ciberseguridad advierten que estas llamadas suelen hacerse pasar por instituciones conocidas: bancos, aseguradoras o incluso dependencias de gobierno. Y aunque parezcan legítimas, hay señales claras: urgencia en la voz, promesas demasiado buenas para ser ciertas o peticiones de datos personales sin justificación.
La recomendación es clara
No proporciones información por teléfono si no solicitaste la llamada, cuelga ante cualquier sospecha y reporta el número al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Además, puedes bloquear números sospechosos y activar funciones de detección de spam en tu celular.
En una era donde la voz también puede ser un arma, la mejor defensa sigue siendo la desconfianza inteligente. Porque una simple llamada puede ser la puerta de entrada a un robo que no verás venir.