Cuando se habla del sistema aduanero nacional, es inevitable destacar el papel dominante de Nuevo Laredo en Tamaulipas. Esta aduana terrestre no solo encabeza las estadísticas operativas, sino que también constituye el nodo logístico más importante para la conexión con la economía estadounidense.
Su relevancia trasciende lo local: representa un engranaje primordial del comercio exterior de todo el continente.
Nuevo Laredo, la aduana más importante
El punto fronterizo de Nuevo Laredo canaliza diariamente más de 12 mil tráileres y 2 mil vagones ferroviarios. Esta dinámica convierte a la zona en un eje de movimiento constante de mercancías, generando una considerable participación en la recaudación fiscal.
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De hecho, sus contribuciones representan más del 12% del IVA nacional, de acuerdo con datos del SAT, lo que resalta su impacto directo en la economía federal.
Además de su volumen, la aduana de Nuevo Laredo cuenta con infraestructura especializada y conectividad privilegiada. Desde ahí se enlazan rutas hacia múltiples centros productivos y logísticos del país.
Esta ventaja geográfica ha sido clave para consolidar su posición frente a otras aduanas terrestres como Ciudad Juárez o Tijuana, que también registran altos volúmenes de intercambio, aunque en menor escala.
Atributos necesarios
En el panorama nacional, México cuenta con 49 aduanas clasificadas en marítimas, terrestres, aéreas e interiores. Todas cumplen con funciones esenciales como el cobro de aranceles, control de mercancías y prevención del contrabando. Sin embargo, solo algunas, como la de Nuevo Laredo, reúnen los atributos necesarios para sostener un flujo comercial de alto impacto.
La importancia de las aduanas radica en su capacidad de agilizar procesos, garantizar la legalidad de los intercambios y mantener el equilibrio fiscal. En ese sentido, Nuevo Laredo sigue consolidándose como la columna vertebral de la infraestructura aduanera mexicana.