ECONOMÍA

Entrañables empresas mexicanas que fracasaron; eran las favoritas de toda una generación

Su caída refleja cómo las crisis económicas, la globalización y la falta de adaptación digital terminaron por borrar del mapa a estas entrañables empresas

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Hubo un tiempo en México donde el domingo significaba ir al súper Gigante, comprar zapatos en Zapaterías Canadá, pasar por el área de blancos de Viana y cerrar el día con una película de Videocentro. No necesitábamos streaming, ni Amazon, ni Walmart. Teníamos marcas hechas en México, cercanas, confiables y llenas de vida.

Algunas fueron compradas, otras quebraron. Algunas más simplemente no supieron adaptarse, lo que tienen en común es que marcaron generaciones completas, y su ausencia todavía se siente.

Videocentro: cuando el cine en casa era físico, no digital

Fundada en 1983 como parte del emporio de Televisa (bajo el nombre VideoVisa), Videocentro se convirtió en el mayor videoclub de México, con más de 1,700 sucursales y 2 millones de socios. Su icónico sistema de membresía y las filas para rentar películas convirtieron la experiencia en un verdadero ritual familiar.

Pero con la llegada del DVD, el boom de la piratería y luego el streaming, quebró en 1999 y fue absorbida por Blockbuster. Hoy sólo queda una sucursal sobreviviente en Tlalnepantla, como museo viviente del VHS.

Gigante: el súper que todos extrañamos

Supermercado nacional por excelencia, Gigante fue fundado en 1962 por Ángel Losada Gómez. Durante décadas fue el competidor directo de Comercial Mexicana y Soriana, y llegó a tener más de 200 tiendas en todo México.

Pero en 2007, fue vendido a Soriana por 1,350 millones de dólares. Muchos aún recuerdan sus ofertas, su panadería y su letrero rojo. Su salida marcó un cambio en la forma en que los mexicanos consumimos.

Zapaterías Canadá: el calzado de generaciones

Fundada en 1940 en Guadalajara, Canadá fue el principal fabricante de calzado de América Latina, con hasta 27,000 empleados y producción de 65,000 pares diarios. 

La crisis de 1994, la competencia asiática y su incapacidad para adaptarse al comercio digital la llevaron al declive. Fue adquirida por Grupo Coppel en los 2000. Hoy, su logo vive en la nostalgia de quienes dieron sus primeros pasos con esos zapatos.

Viana: la tienda de blancos que todos visitamos al menos una vez

¿Toallas, sábanas, colchones o licuadoras?, todo estaba en Viana. Era un clásico para quienes se mudaban o se casaban. Sin embargo, su modelo de bajo costo no sobrevivió ante los gigantes como Walmart, Elektra o Amazon, cerró en 2015.

Multicinemas: el cine antes del cine VIP

Antes de Cinépolis o Cinemex, Multicinemas ofrecía funciones baratas, dobles y palomitas sin pretensiones. Fue muy popular en los años 80 y 90, pero no resistió los nuevos modelos de salas premium ni la digitalización. Hoy solo quedan recuerdos.

¿Qué fue lo que las mató?

  • Crisis económicas, especialmente la de 1994
  • Falta de digitalización y adaptación tecnológica
  • Competencia feroz, tanto nacional como extranjera
  • Cambios en el consumo: el cliente se volvió digital, impaciente y exigente

El legado que dejaron

Estas marcas no solo vendían productos: vendían experiencias, hábitos y recuerdos. Su desaparición marca el fin de una era, pero también nos deja una lección: en un mundo cambiante, quien no se adapta, desaparece.

Y sin embargo, en cada mueble heredado de Viana, cada par de zapatos que duró años de Canadá, o cada película vista en Videocentro… siguen vivos.