En los últimos días, cientos de usuarios de la cadena de gimnasios New Evolution Fitness México, que operan bajo el nombre “Energy Fitness”, se han quedado literalmente fuera de sus sucursales debido a un cierre repentino e inesperado. Esta situación ha provocado una ola de quejas y denuncias que ya suman más de 780 ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Los afectados, muchos con contratos vigentes y pagos ya realizados, se encontraron con las puertas cerradas sin previo aviso ni explicación clara por parte de la empresa. Entre ellos, Héctor Rojina, un usuario que relató cómo se enteró del cierre a través de un mensaje de un amigo y una foto del grupo de WhatsApp donde otros afectados comenzaron a organizarse para enfrentar la situación legalmente.
La mayoría de las denuncias se han concentrado en diversas entidades del país, incluyendo Quintana Roo, Hidalgo, Jalisco, Estado de México y Ciudad de México, además de presentarse una queja grupal que busca unir a los afectados en una acción colectiva para exigir la devolución de su dinero o la reanudación del servicio.
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Profeco ha intervenido ofreciendo asesoría y orientación a quienes buscan hacer valer sus derechos, ya sea a través de procesos mercantiles o penales.
Sin embargo, la realidad para muchos usuarios no es alentadora: algunos, como Héctor, han recibido consejos legales que indican que recuperar el dinero podría ser complicado, y lamentablemente, ya comienzan a aceptar la posibilidad de haber sido víctimas de una estafa.
Este caso evidencia la importancia de que los consumidores conozcan y defiendan sus derechos ante clausuras inesperadas, y la necesidad de mayor supervisión y regulación en el sector de servicios deportivos y recreativos.
Mientras tanto, los usuarios afectados continúan buscando vías para obtener una solución justa tras este abrupto cierre que ha dejado en incertidumbre su rutina de ejercicio y bienestar.