ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

¿Aire marrón en Monterrey?: la ‘amenaza’ que todos ven, pero pocos entienden

A pesar de ser visible y dañina, esta ‘bruma tóxica’ sigue normalizada, mientras crecen las voces que piden acciones urgentes para limpiar el aire

Escrito en NACIONAL el

Cada mañana, cientos de regios suben al Obispado, al Chipinque o simplemente miran hacia el Cerro de la Silla y notan lo mismo: una capa espesa, color café o gris amarillento que cubre la ciudad. 

Muchos la llaman neblina, pero la realidad es otra: es contaminación, y es peligrosa.

Los datos no mienten

Según el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, la Zona Metropolitana de Monterrey ha presentado en los últimos años concentraciones de PM2.5 que superan el doble del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

En 2024, el promedio anual fue de 21.6 µg/m³, cuando el límite sugerido es de 10. Cadereyta, Juárez y Santa Catarina son algunas de las zonas con peores registros.

En múltiples ocasiones, los niveles han sido “extremadamente dañinos” para grupos vulnerables como niños, embarazadas y personas con enfermedades respiratorias.

¿De dónde viene ese aire marrón?

Gran parte de la contaminación viene de la Refinería de Cadereyta, según el Centro Mario Molina y el propio Observatorio Ciudadano. 

Se estima que esta instalación genera hasta el 20% de las partículas finas que cubren el valle.

A esto se suman:

  • Emisiones de cementeras, pedreras y termoeléctricas
  • Tráfico vehicular intenso con autos antiguos sin control de emisiones
  • La geografía misma de Monterrey, que actúa como una “olla cerrada” que atrapa la contaminación

El precio más alto: la salud infantil

Un estudio de la Universidad Autónoma de Nuevo León reveló un dato alarmante: cuando la refinería dejó de operar durante seis días en 2021, la mortalidad infantil por enfermedades respiratorias bajó un 9%.

Las PM2.5 pueden penetrar hasta el torrente sanguíneo y afectan el desarrollo pulmonar y cerebral. En niños, se relacionan con asma severo, déficit de atención, daño cognitivo y bajo peso al nacer.

Organismos como el INSP (Instituto Nacional de Salud Pública) advierten que la exposición prolongada a este tipo de contaminantes puede reducir hasta 2 años la esperanza de vida.

¿Qué se puede hacer?

  • Activistas promueven el uso de sensores ciudadanos y transparencia en emisiones industriales
  • Algunos padres ya no dejan salir a sus hijos al recreo en días con mala calidad del aire
  • Y cada vez más voces exigen una transición energética real y mediciones públicas obligatorias

Pero mientras tanto, el aire marrón seguirá ahí, visible para todos… pero ignorado por muchos.