En los últimos años, Monterrey se ha consolidado como uno de los motores económicos de México, pero también como una de las ciudades con mayor crecimiento urbano, tráfico, contaminación y altos costos de vida.
En contraste, pueblos cercanos a la metrópoli están viviendo un fenómeno inesperado: un aumento constante de nuevos residentes que buscan escapar del caos citadino.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), municipios como Santiago, Allende, Linares y hasta el lejano Bustamante han registrado incrementos en solicitudes de cambio de domicilio, particularmente de personas provenientes del área metropolitana de Monterrey.
Te podría interesar
La tendencia comenzó a acentuarse tras la pandemia, cuando el trabajo remoto demostró que vivir cerca de la naturaleza no implica renunciar a la productividad; Sofía Cárdenas, una mercadóloga, dejó San Pedro en 2023 para mudarse con su familia a una cabaña con vista al río.
Antes veníamos a Santiago los fines de semana, ahora vivimos aquí todo el año, mi hija ya no respira smog y yo ya no me peleo con el tráfico.
Además del aire más limpio y el estilo de vida más relajado, la diferencia en costos es un atractivo clave. Mientras que el metro cuadrado de vivienda en zonas como Valle Oriente o Cumbres puede superar los $30,000 pesos, en municipios a menos de una hora de la ciudad se encuentra desde $5,000 a $8,000 pesos el metro cuadrado.
La conectividad también ha mejorado, hay mejor infraestructura carretera, más señal de internet y servicios básicos que antes no estaban disponibles. Todo esto ha facilitado que personas jóvenes, familias y hasta emprendedores monten pequeños negocios o trabajen desde casa en un entorno más amable.
Sin embargo, el fenómeno también tiene retos, el crecimiento rápido puede saturar servicios locales o encarecer terrenos en zonas antes tranquilas. Algunos habitantes originarios ya hablan de “gentrificación rural”.
Aun así, para muchos, dejar Monterrey no fue una huida… fue una decisión consciente de recuperar el equilibrio.