En su más reciente informe, Banxico ajustó a la baja su proyección del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, reduciéndola de un modesto 0.6% a apenas 0.1%. Este cambio en la perspectiva económica fue interpretado como una señal de enfriamiento en la actividad productiva del país, lo que generó una inmediata reacción en los mercados financieros y una depreciación del peso frente al dólar.
Esta depreciación también está ligada al contexto internacional, en el que la Reserva Federal de Estados Unidos mantiene su postura restrictiva en tasas de interés, fortaleciendo así al billete verde.
Te podría interesar
A nivel calle y casas de cambio, el dólar se cotiza en 19.39 pesos, reflejando una jornada marcada por la depreciación del peso mexicano. Esto implica un encarecimiento en productos importados, pagos en divisas extranjeras y viajes al extranjero.
Aunque Banxico ha insistido en que sus decisiones buscan preservar la estabilidad financiera, el recorte del crecimiento económico deja claro que persisten retos importantes en el entorno interno: bajo consumo, lenta inversión pública y privada, y una inflación que sigue cediendo con dificultad.
Los mercados estarán atentos a las próximas decisiones de política monetaria y señales del gobierno federal, pues lo que está en juego es la confianza en la economía mexicana en un año electoral y de alta incertidumbre global.