CALOR EXTREMO

80°C bajo el sol: así se vive en el lugar más caluroso de México; ¿puedes sobrevivir aquí?

A pesar de su agresivo clima, este desierto es hogar de una sorprendente variedad de flora y fauna que han desarrollado mecanismos de adaptación únicos

Escrito en NACIONAL el

En México existe una región tan extrema que, a simple vista, parecería imposible que cualquier forma de vida pudiera sobrevivir. Las temperaturas allí pueden superar los 80 grados centígrados, un calor tan intenso que desafía incluso los límites registrados por la ciencia.

Sin embargo, este lugar no solo es habitable, sino que alberga una biodiversidad fascinante y comunidades humanas que han aprendido a convivir con el clima más hostil del país.

Se trata del Desierto de Sonora, una vasta extensión árida que abarca territorios tanto de México como de Estados Unidos. Cubre partes de Baja California, Sonora, Arizona y California. En 2021, un satélite de la NASA registró allí una temperatura de 80.8°C, una de las más altas medidas en la Tierra.

A pesar de estas condiciones, el ecosistema del desierto es rico en especies. Coyotes, zorros, liebres, reptiles y roedores pequeños han desarrollado estrategias de supervivencia, como vivir en madrigueras subterráneas para evitar el calor extremo.

También hay una notable presencia de aves: gorriones, codornices, pájaros carpinteros y el emblemático correcaminos son comunes en la zona.

Pero el Desierto de Sonora no es solo un refugio para la fauna. También es hogar de comunidades humanas. Destaca especialmente la etnia Seri, una comunidad indígena que antiguamente vivía en la Isla Tiburón la isla más grande de México, pero que se reubicó en tierra firme después de que su territorio se convirtiera en reserva natural en 1965.

Hoy habitan en Punta Chueca y Desemboque, donde continúan con prácticas tradicionales de caza y pesca, actividades para las que tienen permisos especiales debido a su arraigo cultural.

Este escenario extremo demuestra que incluso en las condiciones más adversas, la vida no solo resiste, sino que prospera. El Desierto de Sonora no es solo un espacio geográfico, sino un símbolo de adaptación, identidad y resistencia.