El caso de Erick, el joven de 13 años estudiante de la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc, ha conmocionado a México, pues el chico reportaba signos de violencia. Como parte de la reconstrucción de los hechos, un testigo, amigo del chico, contó más sobre los horrores que se vivieron ese fatídico día.
En entrevista para Azucena Uresti, Jorge, nombre impuesto para evitar revelar su verdadera identidad, relató un poco de lo que se vivió en el campamento militar en Cuautla, Morelos. Al inicio de la crónica, resulta que los militares a cargo les condicionaron los alimentos y los exigían a hacer pesados ejercicios. “Era una lata de atún y un litro de agua para cuatro personas”, rememoró.
Jorge fue testigo de cómo la salud de Erick se fue deteriorando, así lo narró: “Estaba hablando con un compañero, le dije: ‘míralo, ya se ve bien mal’. Porque ya tenía los labios secos, la boca negra, los ojos sumidos”.
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De acuerdo con Jorge, Erick pidió ayuda médica a la auxiliar. Ella, presuntamente, había dicho que únicamente necesitaba agua; le dieron apenas unas gotas al joven que hoy es razón de marchas en exigencia de justicia en la Ciudad de México.
La versión que brindaron las autoridades escolares fue que Erick falleció por insolación y por problemas respiratorios; trasciende que el joven tenía signos de violencia, incluyendo estallamiento de vísceras y lesiones en múltiples zonas del cuerpo.
Erick fue arrastrado hacia el autobús
Jorge cuenta que en un momento dado, Erick ya no podía sostenerse y cayó en repetidas ocasiones. Los militares en cuestión, únicamente lo arrastraron hacia el autobús de regreso. “Solo vi que estaba todo tirado, respiraba muy feo”, apuntó el testimonio. Por último, Jorge resaltó que se siente triste porque Erick era su amigo. Agregó que no era su deseo estar en la secundaria militarizada, pues le fue impuesto por su familia debido a problemas de disciplina; para terminar, dudó si realmente quería dedicarse a la fuerza militar.