El peso mexicano finalizó la jornada con una leve depreciación de 0.05%, ubicándose en 19.6130 unidades por dólar, luego de haber tocado brevemente niveles por debajo de 19.50 durante la sesión.
Este comportamiento refleja una tensión latente entre un entorno internacional favorable y señales internas que aún no consolidan la confianza plena en los mercados financieros del país.
Debilidad del dólar
En el escenario global, la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de no insistir en la destitución del titular de la Reserva Federal fue interpretada como un gesto de estabilidad institucional, generando alivio entre los inversionistas.
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A ello se sumó un nuevo compás de espera en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, lo cual fue suficiente para impulsar a los mercados bursátiles, incluido el mexicano, que alcanzó sus mejores cifras en casi doce meses.
Sin embargo, en el ámbito doméstico, la percepción de riesgo se mantuvo. Aunque las ventas minoristas mostraron un avance por cuarto mes consecutivo, el ritmo de crecimiento fue menor al esperado, dejando dudas sobre la fortaleza del consumo.
Además, los analistas se mantienen cautos a la espera de los próximos informes de inflación y del IGAE, que serán determinantes para anticipar la dirección de la política monetaria nacional.
Peso puede bajar más
Desde un enfoque técnico, instituciones financieras como Banco Base sugieren que el peso mexicano podría dirigirse hacia nuevos soportes, ubicados en 19.45 y 19.00 pesos por dólar, en caso de persistir señales económicas débiles. Aun con el repunte bursátil, la trayectoria de la moneda sigue expuesta a la volatilidad.
La evolución del peso mexicano frente al dólar dependerá de la consistencia de los próximos datos macroeconómicos, los cuales definirán si esta pausa en su apreciación es sólo transitoria o preludio de una tendencia más prolongada.