Nuevo León podría marcar un antes y un después en materia ambiental con la propuesta de la Ley de Economía Circular, presentada por el diputado Miguel Ángel Flores Serna, coordinador del grupo legislativo de Movimiento Ciudadano en el Congreso local. Esta iniciativa busca transformar por completo la manera en que el estado produce, consume y desecha sus recursos.
Actualmente, el estado genera más de 6 mil toneladas de residuos al día, de las cuales solo una pequeña parte es reciclada. La gran mayoría termina en tiraderos a cielo abierto o rellenos sanitarios con poco control, generando impactos ambientales y de salud pública cada vez más graves.
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La propuesta de ley está basada en el modelo de economía circular, que reemplaza el tradicional esquema de “usar y tirar” por uno que promueve la reducción de residuos, la reutilización de materiales y el reciclaje como práctica común. El objetivo es crear un sistema donde los productos, empaques y materiales se mantengan en uso durante el mayor tiempo posible.
Entre los puntos clave de la ley se contempla establecer obligaciones claras para empresas, gobierno y ciudadanía en la gestión adecuada de residuos. También se proponen incentivos fiscales y apoyos económicos para las industrias que adopten prácticas sustentables, así como campañas de educación ambiental para generar conciencia desde las escuelas hasta las comunidades.
Uno de los aspectos más relevantes es que, en caso de que esta ley no se aplique correctamente o sea ignorada por actores clave, se prevén multas que podrían ir desde los $50,000 hasta $1,000,000 de pesos. Estas sanciones estarían dirigidas principalmente a empresas o instituciones que contaminen o manejen de forma inadecuada sus desechos, afectando directamente al entorno natural y urbano.
De aprobarse, Nuevo León se colocaría a la vanguardia en políticas sustentables en México, sumándose a entidades como Jalisco y Ciudad de México que ya avanzan en este tipo de legislación.
Además de sus beneficios ambientales, la ley también abre la puerta a nuevas oportunidades económicas, fomentando la innovación, el emprendimiento verde y la creación de empleos relacionados con la reutilización y el reciclaje.
En un momento donde el cambio climático y la contaminación ya no pueden ignorarse, esta propuesta podría ser el primer paso de una transformación profunda y necesaria.