ECOLOGÍA

Así puedes convertir agua sucia en limpia con flores de cempasúchil

Una joven rarámuri transformó el cuidado del agua con un sistema sustentable basado en estas flores tradicionales, promoviendo la reutilización del recurso más valioso del planeta

María Teresa Ramírez Vega y su técnica para limpiar el agua con cempasúchil.
María Teresa Ramírez Vega y su técnica para limpiar el agua con cempasúchil.Créditos: internet
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La innovación sustentable puede nacer de las raíces más profundas de la tierra, y el caso de María Teresa Ramírez Vega, originaria del rancho Bacaboche en la Sierra Tarahumara, lo confirma con fuerza. Ella fue capaz de crear un sistema natural para filtrar y limpiar el agua con flores de cempasúchil.

Esta joven chihuahuense, de herencia rarámuri, ha desarrollado un sistema ecológico que aprovecha las propiedades filtrantes del cempasúchil y el crisantemo para purificar el agua que proviene del uso doméstico como el lavado de ropa o trastes.

Limpiar el agua con flores de cempasúchil

Su propuesta, derivada de una tesis que conjuga horticultura y conocimiento tradicional, consiste en crear pequeños humedales artificiales dentro del hogar.

En estos espacios, el agua residual fluye por capas de arena, grava y piedra de río, en las que interactúan microorganismos y raíces florales. Así, se eliminan bacterias, materia orgánica, nitrógeno y fósforo, dejando un líquido transparente que puede emplearse en labores como el riego de jardines, limpieza de pisos o el lavado de autos.

Además del beneficio visual de contar con flores vistosas en casa, esta ecotecnología representa un ahorro tangible para las familias, pues reduce el consumo de agua potable para actividades secundarias. Más allá de lo económico, también fomenta una conciencia ecológica en cada miembro del hogar, al poner en práctica el tratamiento descentralizado de aguas residuales.

El sistema no requiere el uso de químicos, y su mantenimiento es accesible. Gracias al proceso de fotosíntesis de las plantas involucradas, incluso se captura carbono, y estudios recientes sugieren que podría generar pequeñas cantidades de bioelectricidad mediante los procesos biológicos en el sustrato del humedal.

María Teresa, también artesana y deportista, busca ahora comercializar su método para hacerlo accesible en zonas urbanas con alto consumo de agua. Inspirada por el conocimiento de su familia dedicada al campo, ha logrado convertir una flor ceremonial como el cempasúchil en un símbolo de preservación hídrica.