El camino a la Cola de Caballo es considerado como uno de los más peligrosos en Santiago, Nuevo León. Quienes lo han recorrido saben que bajar la pendiente te puede costar la vida, pues ya han sido muchas las personas que han acabado en alguno de sus barrancos. Lo que sucedió con los 12 miembros de la familia de Nuevo Laredo no es nuevo.
Es necesario usar el camino empinado para llegar a la Cola de Caballo y a otros lugares que se encuentran en la cima de la sierra. Para muchos automovilistas es difícil subir la pendiente, pero a su vez bajarla aumenta los riesgos de que salgas del camino, ya que es un camino muy angosto y a veces resbaloso.
Fue en el kilómetro 14, donde la carretera a la Cola de Caballo, donde 12 miembros de una familia de Nuevo Laredo, murieron, luego de que la camioneta tipo Van en la que viajaran cayó en un barranco por una supuesta falla en el sistema de frenos. La tragedia se ha vuelto a repetir, pues hace 30 años ocurrió algo muy similar y muchos aún lo recuerdan.
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Las diez cruces
Fue una mañana de julio de 1994 cuando la sierra de Santiago quedó marcada por la muerte de 10 miembros de una familia de Texas, quienes viajaron a Nuevo León para pasar un fin de semana en la zona conocida como Cola de Caballo, lamentablemente el feliz viaje terminó en una escena trágica que duele recordar.
Esthela Plata vivía con su esposo Jorge Iñiga en Houston, Texas. Ambos engendraron tres hijos, Jorge Jr, Krystal y Vanessa, quienes estudiaban en una escuela de la ciudad texana. Cuando llegó el verano, la familia pensó que era buena idea viajar a Santiago, Nuevo León, región donde era originaria la señora Esthela.
Cuando llegó el día en que se llevaría a cabo el viaje, el esposo de la señora Esthela Plana no pudo ir por lo que para la mujer fue buena idea llevar al viaje a su amiga Martha Velásquez y su hijo Moisés, posteriormente se les unirían los abuelos de la familia así como otra hermana con dos niños pequeños.
La familia conformada por casi una docena de miembros pasaron por la Cola de Caballo y también al Puerto Genovevo, donde en un pozo de agua los chicos y grandes disfrutaban del momento hasta que se dispusieron a retornar a casa.
La madre de familia, es decir, Esthela tenía muchos nervios para bajar el camino lleno de curvas, por lo que su amiga Martha tomó el volante para conducir hasta abajo. El vehículo en el que viajaba la familia comenzó a tener fallas en los frenos, los cuales dejaron de responder y se fueron a gran velocidad a un barranco.
La única sobreviviente del accidente
Las volteretas del vehículo cayendo fueron tan violentas que los tripulantes salieron expulsados. Quienes pasaban por el lugar se percataron de la tragedia, por lo que llamaron a los cuerpos de emergencia, quienes llegaron tan rápido como pudieron. Cuando los paramédicos llegaron hasta donde estaban las víctimas, lograron darse cuenta de que la señora Esthela aún tenía signos vitales.
La mujer fue llevada rápidamente a un hospital de Monterrey donde la estabilizaron y pudieron salvarle la vida, cuando la mujer despertó en la cama del nosocomio, su esposo estaba a su lado y le dio la noticia que sus tres hijos, padres, hermana, sobrinos así como su amiga e hijo fallecieron debido al desbarrancamiento.