El dólar volvió a mostrar fragilidad en el mercado cambiario mexicano al finalizar la sesión de este martes con una cotización promedio inferior a los 18 pesos por unidad.
Tras un inicio con ligeras ganancias, la divisa perdió impulso y terminó la jornada en su nivel más bajo del mes, consolidando una racha negativa que confirma la fortaleza relativa del peso en el corto plazo.
Peso mexicano consolida avance frente al dólar
De acuerdo con registros financieros internacionales, el tipo de cambio se ubicó en 17.91 pesos, lo que representó una variación a la baja frente al cierre previo. Este ajuste significó el segundo retroceso consecutivo y evidenció un comportamiento más estable si se compara con los movimientos observados durante el último año, periodo marcado por mayores sobresaltos en los mercados.
Te podría interesar
La menor volatilidad reciente responde a un entorno de cautela entre inversionistas, quienes han optado por reducir operaciones especulativas mientras evalúan señales económicas globales.
En este contexto, la moneda mexicana ha logrado sostener avances acumulados en comparación anual, apoyada por diferenciales de tasas y una inflación que mostró moderación durante buena parte de 2024.
No obstante, el desempeño del peso no ha sido lineal. A lo largo del año pasado, la paridad cambiaria transitó por contrastes relevantes: comenzó con niveles históricamente favorables para la moneda local y posteriormente enfrentó presiones derivadas de decisiones internas y factores externos.
Entre estos últimos destacaron episodios de incertidumbre política en Estados Unidos y el endurecimiento del discurso comercial desde ese país.
Escenario menos optimista
Mirando hacia adelante, las previsiones oficiales apuntan a un escenario menos optimista. El banco central anticipa que el tipo de cambio promedio en 2025 se mantenga por encima de los 20 pesos, en un contexto donde el crecimiento económico seguiría siendo limitado y la inflación convergería gradualmente hacia niveles cercanos al 3.8%.
Aunque el mercado observa una pausa en las tensiones inmediatas, el dólar continúa siendo un termómetro básico para medir los riesgos que podrían materializarse en los próximos meses.
