El bloqueo aduanero que este lunes se instaló en el Puente Internacional Zaragoza-Ysleta se convirtió en el eje de una amplia movilización rural y logística que busca detener la discusión de una propuesta federal considerada perjudicial para la actividad agrícola.
Desde el mediodía, agrupaciones campesinas y transportistas asumieron el control del carril destinado al tránsito comercial, argumentando que se han agotado las vías institucionales para obtener una respuesta efectiva.
Campesinos toman Aduana de Chihuahua
A la zona fronteriza arribaron representantes del Frente nacional para el rescate del campo mexicano junto con miembros de la Asociación Nacional de Transportistas, quienes recalcaron que la medida surge tras semanas de peticiones no atendidas.
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Su postura, explicaron, nace de la preocupación por una iniciativa en materia hídrica que, a su juicio, compromete la operación productiva, encarece procesos esenciales y profundiza la precarización de miles de familias vinculadas al campo.
Los inconformes detallaron que la falta de interlocución con las dependencias federales ha generado un ambiente de incertidumbre que incrementa la tensión en comunidades agrícolas.
Agregaron que la reforma en discusión modificaría esquemas de distribución del recurso vital, lo que, según sus estimaciones, ocasionaría restricciones severas tanto en cultivos como en servicios logísticos que dependen de la cadena agroindustrial.
Durante la tarde, los participantes reiteraron que su permanencia en el puente responde a la urgencia de frenar una decisión que consideran unilateral.
Aseguraron que no pretenden obstaculizar las actividades de terceros, sino obligar a las autoridades a reconsiderar los efectos que, según ellos, implicaría la aprobación de una política hídrica sin contemplar las realidades regionales.
El contingente anunció que mantendrá la presencia todo el día hasta recibir un planteamiento concreto por parte del Gobierno Federal y, de ser necesario, extenderá la protesta más allá del día previsto.