La tragedia se presentó en Guadalupe, Nuevo León, tras reportarse el asesinato de una madre y su hijo de 8 años, quienes fueron acribillados a balazos cuando se encontraban afuera de su domicilio en la colonia Cañada Blanca.
El ataque se registró alrededor de las 22:00 horas, sobre la calle Concepción del Oro, donde vecinos alertaron a las autoridades sobre dos personas heridas por arma de fuego.
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La señora Francisca y el pequeño Anthony fueron llevados por sus propios familiares a la Cruz Verde de Guadalupe, aún con vida. Sin embargo, al llegar al sitio, el personal médico confirmó que ya no contaban con signos vitales.
Familiares de las víctimas sufrieron crisis nerviosa al confirmarse la muerte de la madre y el menor.
Operativo en la zona tras el ataque
Elementos de la Policía de Guadalupe acordonaron la escena mientras iniciaban las primeras diligencias.
Personal del Ejército Mexicano también resguardó el área como parte del protocolo por ataques armados en zonas habitacionales.
Agentes Ministeriales recolectaron casquillos, evidencia y testimonios de residentes que podrían ayudar a identificar a los agresores, quienes huyeron tras el ataque.
Peritos del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales trasladaron los cuerpos al anfiteatro del Hospital Universitario para practicar las autopsias correspondientes.
Una familia devastada y un patrón de violencia infantil
La muerte de Anthony se suma al reciente caso de Romina, de 5 años, asesinada a balazos el sábado pasado en la colonia Floridos Bosques del Nogalar, en San Nicolás.
Este nuevo crimen evidencia cómo la violencia armada continúa alcanzando a niñas y niños, dejando a familias enteras en duelo y a las autoridades bajo presión para frenar los ataques.