TRADICIONES MEXICANAS

Día de Muertos: ¿qué pasa si alguien se come los alimentos de la ofrenda antes de tiempo?

La comida colocada en los altares no es simple adorno: representa un vínculo entre vivos y difuntos; esto le podría pasar a quien toca o come de esos alimentos antes del 3 de noviembre

Las delicias de la ofrenda de Días de Muertos
Las delicias de la ofrenda de Días de MuertosCréditos: FreePik
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En México, la comida de la ofrenda ocupa un lugar sagrado dentro del ritual del Día de Muertos. Cada platillo, aroma y color tiene un significado profundo que conecta al mundo terrenal con el espiritual.

Pan de muerto, tamales, frutas, dulces o tequila no se colocan por antojo, sino como símbolos del afecto y la memoria. Se cree que entre el 1 y 2 de noviembre, las almas regresan a sus antiguos hogares para disfrutar de la “esencia” de esos alimentos, mientras los vivos acompañan su visita con velas, flores y oraciones.

¿Qué pasa si alguien se come la ofrenda antes de tiempo?

Según la creencia popular, comer o tomar algo de la ofrenda antes de tiempo rompe ese equilibrio. Se dice que quien lo hace puede sufrir pesadillas, accidentes o incluso sentir la presencia del difunto molesto.

En los pueblos más tradicionales, este acto puede considerarse una ofensa grave, ya que implica interrumpir la cena simbólica de los muertos. De ahí el conocido refrán que alude a males físicos o espirituales:

Quien come de la ofrenda, se lo come el difunto en el estómago

En muchas familias, la comida se conserva intacta durante la vigilia, y solo después del 2 de noviembre se comparte entre los vivos como un gesto de bendición. Comerla antes, en cambio, se percibe como una falta de respeto comparable a quitarle el plato a un ser querido mientras come.

Respeto y paciencia

En la práctica, si un niño toma un dulce del altar probablemente solo reciba un regaño; pero para los mayores, el gesto conserva una profunda carga simbólica.

Más allá de lo supersticioso, la tradición enseña respeto, paciencia y gratitud hacia quienes ya partieron. Así, la comida de la ofrenda permanece como un vínculo eterno entre la vida, la muerte y el amor que une a los vivos con sus difuntos