OPINAN ANALISTAS POLÍTICOS

El PAN se vuelve más reaccionario

Señala el politólogo Jesús Silva Herzog Márquez que ‘relanzamiento’ de Acción Nacional es tardío e insuficiente y con las mismas caras

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Para analistas políticos, el “nuevo PAN” no tiene casi nada de nuevo, salvo el logotipo, viene con los mismos rostros, con un “cambio” tardío con décadas de atraso, con las mismas ideas “neoliberales” y un enfoque difuso, que la ciudadanía no va a entender.

El politólogo Jesús Silva Herzog Márquez considera que el “relanzamiento” de Acción Nacional no sólo es tardío e insuficiente, pues debió haber pasado después de la derrota de 2018 e, incluso, desde 2012, cuando perdió la presidencia de la República lo que dio lugar al regreso del PRI.

Silva Herzog Márquez no ve un partido saludable, puesto que ni siquiera se ha hecho un examen de lo que llevó a sus derrotas y tampoco hubo la salida de los cuadros responsables de este tropiezo.

“Acción Nacional sigue siendo gobernado por el mismo grupo político que no ha rendido cuentas de los efectos desastrosos de su conducción”, dijo. De lo que en principio parecía bueno a Silva Herzog Márquez, como el rompimiento de la alianza con el PRI, se cayó bruscamente cuando grupos, como el PAN de Nuevo León se opusieron y anunciaron que seguirían adelante con el acompañamiento priista con miras a la próxima elección.

De acuerdo con el PAN, se apuesta a la “nueva identidad visual” con un logo nuevo que refleja “modernidad, cercanía y orgullo por la historia” del partido pero para la ciudadanía no ha marcado un antes y un después, salvo para aquellos que decidieron compararlo con una marca de detergente.

La búsqueda de una imagen moderna y juvenil contrasta con un discurso que resuena entre la extrema derecha y que ancla al partido en sus valores más tradiciones: familia, patria y libertad, agrupados bajo el genérico lema de “Defendamos México”.

“Está todavía muy difuso qué es lo que quieren transmitir con esos lemas”, señala Jorge Buendía, especialista en estudios electorales y de opinión pública. “No creo que la ciudadanía sienta que la familia o la patria estén amenazadas. O cambia la coyuntura o le tendrán que dar más sentido para que esas frases tengan resonancia entre el electorado”.

Para otros analistas, como Lorena Becerra, no hay verdadero cambio. “No sé de qué diagnóstico partieron para llegar a la conclusión de que un logo [nuevo], con un discurso que suena a derechoso, con los mismos dirigentes y las mismas caras, y con contradicciones de los panistas locales, sería una renovación. No sé qué tanto realmente esto fue algo más cosmético que sustantivo”, advierte Becerra.

Incluso, dentro de las filas del partido hay muchas dudas. Por supuesto, la renovación de esta derecha que pretende “modernizarse” y llegar a sectores de la juventud que coincidan con su conservadurismo, tiene muy claro que hay que mantener su
perfil y su discurso político ultrarreaccionario. “Patria, familia y libertad” es el lema que encabeza está campaña mediática y que es muy parecido al que utilizaba el fascismo italiano. Con él se alinean a la ultraderecha contemporánea como Giorgia Meloni o Jair Bolsonaro que utilizan el lema “Dios, patria y familia” para impulsar sus agendas contra el “wokismo”.

Esto significa la máxima “libertad” imaginable para que los capitalistas saqueen los recursos estratégicos y súper exploten a las y los trabajadores, la misma libertad de la que hablan Trump o Milei. “Tradición y familia” representa para ellos una mayor ofensiva anti derechos contra las mujeres y la comunidad sexodiversa, como los que se vieron bajo las presidencias de Fox y Calde- rón. Y a no engañarse, cuando los panistas hablan de “patria”, en realidad se postulan para una entrega aún superior al imperialismo yanqui, como lo mostraron al defender abiertamente los ataques trumpistas contra México y exigirle mayor subordinación al gobierno de la 4T, señala el analista Pablo Oprinari.