Tres meses después de su fuga cinematográfica en la Ciudad de México, las autoridades confirmaron la captura en Cuba de Zhi Dong Zhang, alias “Brother Wang”, señalado como el principal proveedor chino de precursores químicos para los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Fuentes del gabinete de seguridad mexicano detallaron que la detención fue posible gracias a la colaboración entre agencias de inteligencia cubanas y mexicanas, tras rastrear movimientos financieros y contactos falsos que el fugitivo mantenía en La Habana. Dong Zhang será entregado a México en los próximos días, donde enfrenta un proceso de extradición hacia Estados Unidos.
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El nombre del “Brother Wang” volvió a los titulares en julio, cuando escapó de su casa en la alcaldía Tlalpan, donde cumplía arresto domiciliario. Según las investigaciones, logró evadir su brazalete electrónico y huir por un túnel hacia una propiedad contigua, al más puro estilo de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Su fuga reveló graves fallas en los protocolos de vigilancia de la Guardia Nacional, que solo custodiaba el exterior del inmueble.
El ciudadano chino había sido arrestado por primera vez en octubre de 2024 durante un operativo conjunto de la Marina, el Ejército y la Fiscalía General de la República (FGR) en Lomas de Santa Fe. Su captura respondía a una solicitud de extradición de una corte federal en Atlanta, Georgia, por delitos de tráfico de fentanilo, cocaína y metanfetaminas.
Sin embargo, tras una decisión judicial controvertida, se le permitió cumplir prisión preventiva en su domicilio, medida que finalmente aprovechó para fugarse. Días antes de su escape, la justicia estadounidense había ampliado los cargos en su contra, acusándolo de lavar más de 20 millones de dólares mediante una red de empresas fantasma y cuentas bancarias internacionales.
Expertos en seguridad advierten que la figura de Zhang simboliza una nueva era del narcotráfico, donde los operadores financieros y logísticos mueven las piezas detrás de escena.
Con su recaptura, el gobierno mexicano busca recuperar credibilidad ante Estados Unidos, mientras ambos países enfrentan la presión internacional por el auge del fentanilo, la droga responsable de más de 70 mil muertes anuales en territorio estadounidense.
