Alrededor de 3 mil empleados y funcionarios de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) enfrentarán un traslado de sus plazas de la Ciudad de México a las nuevas instalaciones de la dependencia en Nuevo Laredo. Sin embargo, cerca de 500 trabajadores han rechazado la medida, argumentando motivos de inseguridad, según trascendió en información publicada en medios nacionales como Reforma.
“Ahorita muchos no están aceptando. Son como 500, pero se les está ofreciendo el retiro voluntario o liquidación”, reveló una fuente de la ANAM bajo anonimato a Agencia Reforma. Las nuevas oficinas de la Agencia, ubicadas en un predio de 60 hectáreas con acceso único por el Bulevar Luis Donaldo Colosio, incluyen complejos habitacionales para los trabajadores.
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Según información proporcionada por empleados, las autoridades han garantizado seguridad y condiciones habitacionales adecuadas dentro del recinto. “Nos han dicho que estaremos seguros, que la ANAM tendrá de todo, que es como una ciudad chiquita y que ahí podremos vivir sin problemas, con personal militar vigilando”, afirmó un empleado.
El pasado fin de semana, la presidenta Claudia Sheinbaum, acompañada del gobernador Américo Villarreal y del Secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, supervisó el avance de las obras, que se espera sean inauguradas en marzo de 2025. Durante su visita, Sheinbaum reiteró el compromiso del gobierno federal con esta región fronteriza, destacando que las instalaciones forman parte de un ambicioso proyecto de remodelación de las aduanas del país, con una inversión global de mil 500 millones de dólares.
A pesar de las preocupaciones por la inseguridad, las autoridades locales ven en la llegada de la ANAM una oportunidad de desarrollo económico para la región. “La ANAM generará una alta derrama económica y empleos, por la mayor demanda de servicios, logística, hotelería, restaurantes y demás”, destacaron representantes del gobierno de Tamaulipas.
El traslado, impulsado desde el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador, se enfrenta al reto de convencer al personal de Aduanas de que el cambio no solo es seguro, sino también benéfico para ellos y sus familias. Por ahora, el diálogo y las negociaciones continúan entre las autoridades y los trabajadores que se resisten al traslado.