Con la llegada de la temporada invernal, surge la preocupación de que las tuberías de agua puedan congelarse, causando inconvenientes en el suministro de agua potable.
Una teoría comúnmente aceptada sugiere que dejar las llaves de agua goteando durante el invierno puede prevenir que las tuberías revienten debido al congelamiento. Pero, ¿cuánto hay de cierto en esta práctica?
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Llaves goteando
Las tuberías congeladas no solo pueden bloquear el flujo de agua, sino también provocar daños significativos al estallar y causar inundaciones en los hogares.
El agua, al expandirse durante el congelamiento, ejerce presión sobre las tuberías de metal o plástico, aumentando el riesgo de ruptura.
Grifos abiertos
Plomeros especialistas sugieren que dejar las llaves goteando puede, de hecho, prevenir que las tuberías revienten. La Cruz Roja Americana destaca que además de este método, aplicar calor a la sección de la tubería utilizando almohadillas térmicas eléctricas, secadores de cabello o toallas empapadas en agua caliente puede ayudar a descongelar y restaurar la presión.
¿Debe gotear agua caliente o fría y por qué?
La temperatura del agua que gotea es crucial. En temperaturas bajo cero, se debe dejar que el agua fría gotee, ya que el agua en movimiento es menos propensa a congelarse. Este simple goteo, incluso a un ritmo lento, puede ser suficiente para prevenir el congelamiento de las tuberías.
¿A qué temperatura se congela el agua en las tuberías?
El Consejo de Investigación de la Construcción de la Universidad de Illinois sugiere que el congelamiento de las tuberías puede ocurrir alrededor de los -6 grados celsius. Para evitar problemas, se recomienda dejar que los grifos goteen cuando las temperaturas desciendan a cero grados centígrados o menos.
¿Otras medidas para evitar la congelación de las tuberías?
Estas son algunas medidas preventivas adicionales:
- Retirar, drenar y almacenar mangueras utilizadas al aire libre.
- Cerrar las válvulas internas que alimentan los grifos de las mangueras exteriores.
- Añadir aislamiento en áticos, sótanos y espacios angostos.
- Identificar y proteger las áreas sin calefacción donde se encuentren las líneas de suministro de agua.
- Considerar reubicar tuberías expuestas para una mayor protección.
Al adoptar estas prácticas, las personas pueden reducir significativamente el riesgo de daños en sus tuberías durante la temporada invernal.