Las autoridades de Yautepec, Morelos han ampliado notablemente las investigaciones y pesquisas; incursionando con perros de búsqueda y rescate; así como drones para arrojar algo de luz sobre el paradero de los niños.
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Incluso, la comunidad entera se ha sumado a los trabajos de peinado de la zona; todos conocían a los chicos, Ángelo y Selena, y los consideran como muy trabajadores y ejemplo para otros niños.
Aquel fatídico 7 de enero, muy temprano; en lugar de jugar con los juguetes que hubieran traído los reyes magos a los niños de Yautepec, ubicado en la zona de Tierra Grande de Morelos; los hijos de Imelda De la Rosa, salieron a pastorear a sus chivos y ya nunca regresaron.
El gobernador del Estado, Cuauhtémoc Blanco, ha actuado enérgicamente en los planes de investigación, junto a la Fiscalía Estatal y a la Comisión Estatal de Seguridad Pública. Tenían dos líneas distintas de investigación; y ahora tratan de unificarla en una sola.
La zona en donde está ubicada la casa de la familia Ríos De la Rosa, es en "La Nopalera"; con terrenos que son muy accidentados, hecho que ha dificultado que se pueda revisar a conciencia la región.
Ante la desesperación de los padres, pues ya se han cumplido dos semanas de que Ángelo y Selena; de 14 y 12 años, respectivamente, han desaparecido casi como si se los "hubiera tragado la tierra"; han hecho un llamado a las autoridades sobre la persona que los amenazó anteriormente.
Esta persona es el vecino, Miguel "N"; la madre, Imelda De la Rosa, ha asegurado a las autoridades que amenazó a su esposo y a su hijo; diciéndoles que los iba a matar. Al día de hoy, nadie ha podido encontrar al susodicho Miguel, ya que no saben dónde se encuentra.
La madre, llevada al límite de su cordura por la situación que está experimentando; ha enviado un mensaje para el presunto secuestrador: "¡Dime si los mataste, sólo quiero saber dónde están!". A los padres, también les angustia si han comido o dormido sus hijos.
Ante todo, aún no pierden la esperanza, y agregan; "que me digan qué quieren, que me hablen por teléfono o que llegue a la casa, que nos hable; pero hasta la fecha no sabemos nada, (...) aunque sea muertos, pero aunque sea quiero saber".
"Es un dolor muy fuerte saber que tus hijos no están”, declaró Imelda de la Rosa; también su padre, Rubén Ríos, clamó a la sociedad: "Yo ya voy de salida, a mí me lo hubieran hecho".