La credencial de elector de Rubicela Gallegos apareció entre los restos y objetos que los peritos se encuentran desenterrando en el domicilio del feminicida de Atizapán, en el estado de México.
La joven se encontraba desaparecida desde julio del 2019 y a pesar de las búsqueda incesante por parte de su familia, nadie supo nada de ella hasta hoy que entre restos óseos y jirones de ropa apareció su INE.
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Ante el impacto de la noticia, los familiares de Rubicela viajarán de Nuevo León, de donde ella es originaria al Estado de México, para agilizar las investigaciones.
Andrés “N”, el feminicida serial de 72 años de edad de Atizapán de Zaragoza aún no ha declarado del total de mujeres asesinadas por él. Debido a eso, los peritos y criminólogos siguen haciendo fosas en su domicilio y encontrando más restos humanos.
Armando Gallegos, padre de la joven desaparecida, dijo que entre mañana lunes o martes estará en Edomex con las autoridades policiacas para tener más información detallada sobre el caso de su hija.
Desde el 20 de julio de 2019, Armando no sabía nada de ella y hoy, a casi dos años de su desaparición podría conocer la verdad sobre el paradero de su hija,
Rubicela se dedicaba a repartir comida mediante una aplicación para proveer de lo necesario a su hijo.
Fue en Tlalnepantla en donde se le vio por última vez. A través de las cámaras de videovigilancia de un restaurante, supieron que entregó un envío de alimentos en la colonia San Javier, de la ciudad de México.
Armando mencionó:
“Mi hija nunca nos comentó nada sobre Andrés, nosotros conocíamos algunos de sus amigos a través de redes sociales”. “Ella trabajaba en una empresa, salía y repartía comida, después regresaba a cuidar a su bebé”.
Hace unos días los criminólogos del gobierno del Estado de México tomaron una muestra de ADN a parte de los restos encontrados para certificar si Rubicela fue una más de las víctimas de Andrés.
El caso de Rubicela Gallegos, ni de varias mujeres desaparecidas aún no concluye porque los trabajos de excavación para encontrar más restos humanos todavía continúan en el domicilio del feminicida de Atizapán.