Para tratar de resolver el añejo problema del ruido intenso en intersecciones ferroviarias, provocado por el pitar de las máquinas del tren, el gobierno municipal de Laredo revivirá el programa de zonas de silencio.
En la junta de cabildo de este lunes, la regidora del Distrito 8, Alyssa Cigarroa, pedirá el apoyo de sus colegas para solicitar propuestas de compañías de ingeniería que puedan actualizar el estudio de diagnóstico de zonas de silencio en cruceros del ferrocarril.
Cigarroa planteará que se contrate a una empresa especializada para preparar planes, especificaciones y estimaciones de costos con el fin de implementar una zona de silencio y presentarla ante la Administración Federal de Ferrocarriles (FRA).
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Se estima que unos 90 mil laredenses que viven en zonas cercanas a las vías se ven afectados por el exceso de ruido de las locomotoras al pasar por sus vecindarios.
Aunque este programa tiene más de cinco años en estudio, de manera inexplicable el gobierno municipal “congeló” el proyecto. Desde 2019 se había aprobado un contrato con una empresa especialista para determinar los cruceros ferroviarios donde se eliminaría el ruido colocando plumas de seguridad; sin embargo, el estudio nunca se concluyó.
Cabe recordar que desde agosto de 2018 el cabildo aprobó establecer zonas de silencio donde el tren no pudiera pitar, con el objetivo de reducir las molestias a los vecinos.
Un estudio previo de la empresa Kimley Horn determinó que este problema impacta la vida de 90 mil residentes que habitan cerca de los 32 cruceros más transitados de la ciudad. Según el diagnóstico, los 25 trenes que pasaban en 2019 por Laredo,13 de día y 12 de noche, generaban un total de 2 mil 048 pitazos diarios, ocasionando severas molestias, sobre todo durante las noches.
El estudio identificó tres alternativas para establecer las zonas de silencio, y se optó por la más eficiente con un costo estimado de 1.1 millones de dólares.
La propuesta establecía una zona de silencio desde Arkansas hasta Vidaurri, con la colocación de plumas de seguridad en seis cruceros que actualmente no las tienen: Zaragoza, Santa Isabel, Vidaurri, Juárez, Santa Rita y Marcella Avenue. También se recomendó cerrar la intersección de Vidaurri con los rieles para agilizar el paso del ferrocarril.
La propuesta cumple con la ley que establece que los cruceros fuera de la zona de silencio deben estar a más de 600 pies. Asimismo, incluía mejoras en los cruces del tren con Santa Rita, Juárez, Convento, Corpus Christi, Marcella, Market y Seymour.
Las zonas de silencio se hacen cada vez más necesarias, tomando en cuenta que el movimiento por tren crece a un ritmo de entre 5 y 7 por ciento al año, lo que significa que el problema del ruido va en aumento.
