Activistas de la Coalición No Border Wall en Laredo aplaudieron la decisión del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para rescindir todos los contratos restantes para construir un muro fronterizo en Laredo, salvando de la destrucción 71 millas de río en los condados de Webb y Zapata y más de mil millones de dólares en fondos de los contribuyentes.
Este anuncio pone fin a una batalla de casi tres años de personas de todos los ámbitos que formaron la Coalición No Border Wall poco después de que la Administración Trump anunciara una declaración de emergencia nacional en la frontera sur en 2019, diseñada para financiar un muro fronterizo.
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La coalición de Laredo estaba compuesta por veteranos, clérigos, maestros, estudiantes, líderes indígenas, activistas, artistas y dueños de terrenos que se unieron para oponerse a un esquema político ineficaz que habría amenazado al río Grande, la única fuente de agua potable de esta comunidad y habría puesto a las familias en camino hacia graves daños.
“Esto simplemente demuestra que nunca te rindas, incluso cuando las cartas están en tu contra. Cuando la gente se une para luchar por la justicia y la igualdad, puedes ganar y lo hicimos”, dijo Elsa Hull, propietaria de una casa frente al río en San Ygnacio.
“A pesar de que el alcalde dijo que pronto estaríamos pidiendo un muro o una estructura física, la gente de Laredo prevaleció en su lucha de cerrar este muro fronterizo dañino y odioso en nuestras tierras históricas. Es hora de que Laredo se concentre en lo que importa, cómo construir puentes para fortalecer nuestra economía local que depende en gran medida del turista mexicano; y mejorar nuestra infraestructura para seguir siendo el puerto interior número uno a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. Esta victoria histórica nos permitirá dejar este capítulo oscuro como una lección sobre la resistencia y el poder de nuestra comunidad”, afirmó el regidor Alberto Torres, Jr.
“Esta fue una batalla que pasó de las bases al escritorio del presidente, y se acabó. Finalmente se acabó. No elegimos esta pelea. Pero sabíamos lo que estaba en juego y teníamos que detener este proyecto injusto y terriblemente equivocado. Nos dijeron repetidamente que el muro era ‘un trato hecho’. Ahora, el final del muro es un ‘trato hecho’. Subestimaron a Laredo”, dijo Tricia Cortez, directora ejecutiva del Centro Internacional de Estudios del Río Grande.
“Un asalto a nuestra patria histórica finalmente fue revertido hoy. Una vez más, los laredenses se levantaron juntos para derrotar a aquellos que borrarían nuestra identidad cultural. Es un gran día, aseguró Margarita Araiza, directora ejecutiva de Webb County Heritage Foundation.
Para Melissa R. Cigarroa, cofundadora de No Border Wall Coalition y propietaria de tierras frente al río Zapata, nunca se debe subestimar el poder de la gente común para defender su cultura, sus tierras y sus vidas.
“Con las cancelaciones de contratos en Laredo y el Valle, el presidente Biden ha rechazado las políticas fallidas y racistas de la administración anterior. El muro fronterizo en Texas amenazó la única fuente de agua potable para las comunidades de Río Grande con la construcción no solo de un bolardo destructivo y gigantesco y monstruosidad de concreto, sino con la limpieza de un campo de fútbol del hábitat ribereño para una zona de seguridad, desastre ambiental absoluto que pondría en peligro un ecosistema ya frágil y sensible”, indicó.
“Desde 2005, hemos visto las herramientas que nuestro gobierno puso en marcha para protegernos, y más recientemente se utilizaron en nuestra contra: para tomar nuestra tierra, nuestro patrimonio, nuestro debido proceso y nuestra historia. Pero hoy vemos una victoria para nosotros, que a su vez será una victoria para todos”, dijo sobre el muro fronterizo en Laredo, Christopher Rincon, director, Fundación River Pierce y administrador del histórico rancho Treviño-Uribe en San Ygnacio.