Donald Trump enterró a su primera esposa, Ivana Trump, en el primer hoyo del Trump National Golf Club, ubicado en Bedminster, Nueva Jersey.
La decisión, más allá de su simbolismo familiar, tuvo repercusiones fiscales directas, ya que la legislación estatal establece que un terreno usado como cementerio puede quedar exento de impuestos inmobiliarios y de otras contribuciones financieras.
Trump enterró a su primera esposa en un campo de golf
La normativa de Nueva Jersey precisa que cualquier espacio destinado como campo santo puede registrarse como una “empresa de cementerio sin fines de lucro”.
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Dicho estatus no solo liberó del pago de gravámenes sobre la tierra, sino también de obligaciones vinculadas al impuesto de sociedades, la renta o incluso sucesiones. Esta disposición fue aprovechada por el Trump Family Trust, que solicitó la reclasificación de los terrenos de golf ante las autoridades fiscales.
Documentos revisados por el medio digital Insider y difundidos por ProPublica señalan que Ivana Trump fue la primera persona sepultada en la propiedad. El entierro abrió la puerta a un esquema de gestión legal que coloca al club dentro de un marco tributario muy distinto al de un complejo deportivo privado.
Aunque la familia aseguró que se trataba de un gesto personal y conmemorativo, la medida coincide con planes revelados años atrás.
Su intención es hacer un mausoleo
En 2012 trascendió la intención de Donald Trump de construir un mausoleo en el mismo campo. Posteriormente, informes periodísticosdetallaron proyectos más amplios: desde un cementerio familiar con diez tumbas hasta un rediseño con más de 280 parcelas disponibles, algunas de ellas con fines comerciales.
Ivana Trump falleció en julio de 2022, a los 73 años, tras un accidente doméstico en su residencia de Manhattan.