Lo que parecía una entrevista política de rutina terminó convirtiéndose en un evento de alto impacto nacional. Darko Glišic, ministro de Inversiones Públicas de Serbia, sufrió un accidente cerebrovascular en vivo durante un programa matutino del Canal Pink, conmocionando al país entero.
El martes por la mañana, mientras conversaba con los presentadores Da Djordjevic y Predrag Sarapa, el político de 52 años comenzó a mostrar signos evidentes de malestar: tartamudeo, confusión y pérdida de coordinación. Alarmados, los conductores intentaron auxiliarlo, pero no obtuvieron respuesta, la transmisión se cortó abruptamente.
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Poco después, el ministro de Salud, Zlatibor Loncar, confirmó que Glišic había sido trasladado inconsciente a un hospital en Belgrado, donde fue diagnosticado con un accidente cerebrovascular severo.
Lo bueno es que llegó en menos de una hora al quirófano. Todo se hizo en el menor tiempo posible.
La situación también afectó emocionalmente al presentador Sarapa, quien sufrió un ataque de ansiedad y fue hospitalizado brevemente.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic padrino político de Glišic acudió personalmente al hospital. Posteriormente, publicó una foto en Instagram junto al ministro acompañado de un mensaje de aliento.
Darko, aguanta, no te rindas.
Glišic, quien asumió su cargo en mayo de 2024, es una figura clave del gabinete serbio y pieza estratégica del oficialismo. Su cercanía con Vucic y su papel en proyectos de infraestructura lo posicionaban como una figura de poder creciente. También tuvo un papel relevante en las protestas de 2023 y cuenta con una trayectoria que incluye su paso por el Partido Radical Serbio (SRS).
El impacto del incidente ha calado hondo en la clase política. La presidenta del Parlamento, Ana Brnabic, expresó: “Nos ha afectado mucho a todos. En el partido SNS somos como una familia. Es un día especialmente triste”.
Mientras tanto, en un contexto diplomático más amplio, Vucic conversó con el presidente francés Emmanuel Macron, quien reiteró que “el destino de Serbia es europeo”, y pidió más diálogo con Kosovo, en un momento donde Belgrado aún mantiene sus vínculos con Rusia en plena guerra en Ucrania.
El estado de Glišic permanece reservado, pero su colapso público ha dejado al descubierto no solo la fragilidad de la salud, sino también las tensiones de la política serbia actual.