Un tribunal surcoreano ha marcado un precedente en materia laboral al reconocer oficialmente que el fallecimiento de un banquero fue consecuencia directa del exceso de trabajo.
La víctima, un hombre de 38 años que laboraba en un banco desde 2012, sufrió un infarto tras semanas de intensa carga laboral y estrés, lo que encendió nuevamente el debate sobre la exigente cultura del trabajo en el país asiático.
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De acuerdo con medios locales, el hombre había experimentado un notable aumento en sus responsabilidades a partir de inicios de 2023.
Además de nuevas y más complejas tareas, se vio obligado a trabajar en promedio 46 horas por semana durante 12 semanas consecutivas, superando el límite legal establecido por la legislación surcoreana, que permite un máximo de 40 horas semanales más 12 horas extra.
El banquero fue encontrado sin vida dentro de su vehículo, estacionado en un club de golf en Seúl, lo que inicialmente generó dudas sobre la causa de su muerte. Sin embargo, la investigación judicial concluyó que el infarto que lo mató fue consecuencia del agotamiento físico y mental causado por el trabajo prolongado y constante.
Pese a que la empresa negó desde un principio cualquier relación entre el empleo del fallecido y su muerte, la corte desestimó esa postura y dictaminó que el empleador deberá hacerse cargo de los gastos funerarios y otorgar una compensación económica a la familia.
El caso ha generado una oleada de indignación y reflexión en Corea del Sur, país donde las largas jornadas laborales han sido normalizadas por décadas, pero que en los últimos años ha comenzado a ser más cuestionado tanto por la sociedad como por los legisladores.