El gobernador Greg Abbott promulgó una nueva redistribución de distritos que abre paso a cinco escaños adicionales para el Partido Republicano en el Congreso de Estados Unidos, en un movimiento que intensifica la confrontación política rumbo a las elecciones intermedias de 2026.
El anuncio del gobernador Greg Abbott desde Austin concretó un plan largamente impulsado por legisladores republicanos para asegurar la permanencia de su mayoría en la Cámara de Representantes federal.
Abbott aprueba el nuevo mapa electoral en Texas
Con la firma de la iniciativa, Texas se convierte en el centro de una disputa nacional sobre la manera en que la cartografía política puede alterar el equilibrio de poder en Washington.
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La medida aprobada la semana pasada en ambas cámaras estatales otorga al partido en el poder hasta cinco nuevas circunscripciones de tendencia conservadora.
Esta expansión responde a la exigencia del expresidente Donald Trump, quien desde hace meses presiona por rediseños que fortalezcan a su fuerza política en estados clave, con el objetivo de blindar la agenda republicana.
La oposición demócrata denunció que el rediseño es discriminatorio y prometió llevar la batalla a los tribunales. Kendall Scudder, líder del Partido Demócrata en Texas, aseguró que “los mapas violan principios básicos de representación” y anticipó un litigio que podría llegar hasta la Corte Suprema.
Polémica abierta
Durante semanas, legisladores de su bancada abandonaron el estado para bloquear las votaciones, aunque finalmente regresaron tras no lograr sostener la estrategia.
Por su parte, los impulsores del proyecto sostienen que los nuevos distritos crean escenarios “más competitivos”, aunque confían en que los republicanos mantendrán ventaja en la mayoría de ellos.
El senador estatal Phil King defendió la iniciativa afirmando que los cambios permitirán reflejar mejor el crecimiento demográfico de Texas, especialmente en zonas de mayoría hispana con inclinación conservadora.
El debate no termina en el Capitolio texano. En California, el gobernador Gavin Newsom promueve un plan de redistribución con cinco escaños adicionales para demócratas, lo que revela la magnitud nacional de la pugna.