El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha iniciado un proceso de expansión sin precedentes, siguiendo la visión del presidente Donald Trump de acelerar las deportaciones masivas de migrantes.
La agencia, que depende del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), busca reforzar su personal, mejorar la seguridad en operativos, ampliar unidades especializadas y ajustar la capacitación de nuevos agentes.
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Aumento histórico en contrataciones
Actualmente, ICE cuenta con alrededor de 6,500 oficiales de deportación, pero el director interino, Todd Lyons, afirmó que la meta es contratar 10,000 más antes de fin de año. Para lograrlo, la agencia lanzó un portal de reclutamiento, ofrece bonos de hasta 50,000 dólares, participa en ferias de empleo y ya recibió 121,000 solicitudes, principalmente de exagentes.
Los nuevos reclutas reciben formación en el Federal Law Enforcement Training Center en Brunswick, Georgia. ICE planea duplicar instructores y reducir los requisitos de español para recortar cinco semanas de entrenamiento. Según Caleb Vitello, encargado del área de entrenamiento, buscan agilizar la capacitación y que los agentes aprendan directamente en las oficinas donde serán asignados.
Preparados para escenarios violentos
El aumento de operativos ha llevado a un repunte de la violencia: entre el 21 de enero y el 5 de agosto se registraron 121 agresiones contra oficiales, frente a solo 11 en el mismo periodo del año anterior. Por ello, ICE decidió que máscaras antigás, uniforme de camuflaje, cascos y armas serán parte del equipo estándar para los nuevos agentes.
Lyons señaló que los despliegues ahora contarán con equipos de seguridad para proteger a los agentes durante los arrestos.
Unidades tácticas de alto riesgo
Los Special Response Teams (SRT), similares a los equipos SWAT, entrenan a los agentes para cumplir órdenes de alto riesgo y acompañar deportaciones de migrantes considerados peligrosos.
Actualmente hay unos 450 oficiales SRT, desplegados en ciudades como Los Ángeles, Portland y Washington. ICE busca expandir estas unidades y adquirir más vehículos blindados.
Una agencia en el centro del debate
La expansión coincide con la aprobación de un presupuesto de 76,500 millones de dólares, casi diez veces su financiamiento anual, de los cuales 30,000 millones se destinarán a contratación de personal.
Mientras el gobierno asegura que busca garantizar la seguridad y hacer cumplir la ley, defensores de migrantes cuestionan la autoridad de ICE y denuncian un uso excesivo de la fuerza.
La expansión refleja el rumbo de la administración Trump, más agentes, más unidades especializadas y menos límites en la ejecución de deportaciones, colocándose a ICE en el centro de un intenso debate nacional sobre migración y derechos humanos.