En varias comunidades rurales de México, sobre todo en zonas del sur y centro del país, persiste una práctica que ha sido transmitida de generación en generación, colocarle a los perros un collar hecho con limones frescos cuando presentan síntomas de gripe.
Este remedio popular, aunque carece de respaldo científico, sigue siendo parte del imaginario colectivo. ¿De qué se trata exactamente? Se perforan limones con una aguja gruesa y se ensartan con un hilo o lazo resistente, formando un collar que rodea el cuello del animal enfermo.
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La creencia es que, al moverse o intentar quitarse el collar, el perro morderá los limones y liberará aceites esenciales y vitamina C, lo cual supuestamente lo ayudará a recuperarse.
Aunque esta práctica puede parecer inofensiva y hasta enternecedora para algunos, la American Veterinary Medical Association (AVMA) menciona que no hay evidencia científica que avale su efectividad. La gripe canina es una enfermedad respiratoria que puede parecer leve, pero si no se atiende adecuadamente, puede derivar en complicaciones serias.
¿Qué hacer si tu perro muestra síntomas?
Estornudos frecuentes, tos, secreción nasal, ojos llorosos, fiebre, letargo o falta de apetito son señales de alarma. En estos casos, lo más recomendable es llevarlo con un veterinario.
El tratamiento puede incluir medicamentos antivirales, antibióticos (si hay infecciones secundarias), fármacos para la fiebre o la tos y, sobre todo, mucha hidratación.
Aunque el collar de limón es una muestra de cómo las tradiciones populares intentan cuidar de los animales, la salud de nuestras mascotas debe basarse en el conocimiento veterinario.
Es importante valorar el conocimiento ancestral, sí, pero complementarlo con la ciencia moderna para asegurar el bienestar de nuestros compañeros de cuatro patas.