En la frontera entre Texas y México, donde hoy se alzan puentes internacionales, alguna vez volaron las caracaras crestadas, que dieron nombre a "El paso del águila". Pero ¿cómo esta ruta de bosques ribereños y traficantes del siglo XIX se transformó en la Eagle Pass moderna? La respuesta involucra soldados, fiebre del oro y un fuerte que hoy es parque estatal.
El cambio de nombre de Eagle Pass y su historia
La Comisión Histórica de Texas (THC, por sus siglas en inglés) señaló que “El paso del águila” recibió su denominación por la notable presencia de un ave en particular en el siglo XIX: las caracaras crestadas, pertenecientes a la familia de los halcones, que transitaban los bosques ribereños.
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Fort Duncan: el fuerte que salvó a los pioneros
El verdadero giro llegó en 1849, cuando se fundó Fort Duncan en Eagle Pass, convirtiéndose en refugio contra los peligros del río Escondido. Este puesto militar no solo protegió a comerciantes, sino que fue testigo de:
- La Guerra Mexicana (1846-1848), donde voluntarios texanos rebautizaron la zona.
- La Fiebre del Oro, cuando migrantes descansaban aquí rumbo a California.
- La Guerra Civil, al ser clave para el comercio de algodón con México.
En 1935, la ciudad recuperó Fort Duncan para convertirlo en parque, hasta que la Segunda Guerra Mundial lo reclutó de nuevo.
La ciudad que une dos mundos
Hoy, Eagle Pass es mucho más que historia: es "La Puerta de México", el puente económico donde conviven:
- Turismo: en el lago Maverik o el Casino Kickapoo.
- Cultura: en su museo histórico y el Palacio de Justicia.
- Logística: como ruta rápida entre San Antonio y México.