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Afinan detalles para la reunión de Zelensky y Putin; Trump sería el mediador, pero aún no hay sede

El presidente estadounidense reveló su intención de mediar en un encuentro trilateral, aunque el lugar definitivo para el diálogo entre Rusia y Ucrania aún se mantiene en suspenso

Afinan detalles de la posible reunión de Zelensky con Putin
Afinan detalles de la posible reunión de Zelensky con PutinCréditos: internet
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La expectativa internacional se centra en una posible cumbre Putin-Zelensky, anunciada por Donald Trump tras sostener conversaciones con el mandatario ruso.

El republicano, en su propia red social, adelantó que la decisión sobre la ubicación corresponde a los líderes de Moscú y Kiev, dejando abierta la incógnita sobre dónde podría materializarse este esperado diálogo de alto nivel.

Reunión Putin-Zelensky

En declaraciones públicas, Trump subrayó que ya inició los primeros contactos con Vladimir Putin y que, una vez concluida la reunión bilateral con Volodimir Zelensky, se buscará dar paso a una mesa trilateral en la que él mismo participaría.

Su mensaje fue interpretado como un intento de proyectar un rol protagónico en las negociaciones, en un momento donde los aliados occidentales revisan garantías de seguridad a favor de Ucrania.

La Casa Blanca, a través de su vocera Karoline Leavitt, confirmó que se analizan “múltiples escenarios” para acoger una eventual cumbre de paz. Enfatizó, además, que Washington no desplegará tropas estadounidenses en territorio europeo, aunque no descartó el respaldo aéreo como parte de las medidas de apoyo militar a Kiev.

Suiza se ofrece como sede

Paralelamente, Suiza se ha mostrado dispuesta a recibir las conversaciones, planteando su neutralidad histórica como ventaja. No obstante, fuentes cercanas al gobierno estadounidense revelaron a la prensa que Budapest, capital húngara, figura como la opción más sólida para concretar el encuentro tripartito.

La elección no sería casual, ya que el primer ministro Viktor Orbán mantiene una relación cercana con Trump desde su primera administración.

La posibilidad de que Putin también proponga Moscú como sede añade más complejidad a la discusión, en un tablero diplomático donde cada gesto es interpretado como símbolo de fuerza o concesión.