Existen accidentes domésticos que por ser silenciosos pueden derivar en catástrofes materiales y mortales, pues con el paso del tiempo son más frecuentes esos episodios que involucran explosiones por gas doméstico.
Pero lo cierto es que muchos de estos accidentes podrían evitarse con una acción sencilla: revisar periódicamente las instalaciones y no descuidar la ventilación en la cocina.
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Un problema recurrente en México
Según cifras de la la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), cada año se registran miles de incidentes relacionados con gas LP y natural, que van desde fugas menores hasta explosiones que provocan lesiones graves y pérdidas humanas. La dependencia subraya que la mayoría son prevenibles con mantenimiento básico y hábitos de seguridad.
En palabras de Protección Civil, no revisar tus instalaciones y sellar tu cocina sin ventilación puede convertir tu hogar en una trampa mortal.
Recomendaciones de las autoridades
Especialistas en protección civil advierten que acumular gas en un espacio cerrado y luego encender un interruptor, una estufa o incluso un electrodoméstico, puede desencadenar una explosión de gran magnitud.
“Un descuido en la cocina puede convertirse en una bomba de tiempo. Las fugas, aunque sean pequeñas, llenan el ambiente de gas inflamable que necesita apenas una chispa para detonar”, señaló la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) en una guía preventiva publicada en su sitio oficial.
De acuerdo con la CNPC y la Asociación Mexicana de Gas LP, los factores más comunes detrás de estos accidentes son:
- Fugas no detectadas por mangueras, válvulas o tanques en mal estado.
- Instalaciones improvisadas o sin certificación.
- Falta de ventilación en cocinas y cuartos de servicio.
- Mantenimiento deficiente o inexistente.
- Encendido accidental de flamas o aparatos eléctricos en presencia de gas acumulado.
Cómo prevenir una tragedia
De acuerdo con expertos, hay una serie de recomendaciones que pueden realizarse para evitar percances de este tipo y entre ellos sobresalen:
- Revisar mangueras y conexiones al menos cada seis meses.
- Sustituir mangueras cada dos años o antes si presentan desgaste.
- Contratar técnicos certificados y usar materiales aprobados por la Norma Oficial Mexicana (NOM).
- Instalar rejillas de ventilación y evitar sellar completamente la cocina.
- Ante olor a gas, no encender ni apagar nada eléctrico y ventilar de inmediato.
- Usar agua con jabón para detectar fugas, nunca con fuego.
- Instalar detectores de gas con alarma para una respuesta rápida.