En el universo de los animales de compañía, existen mascotas que lideran con holgura las listas de longevidad. Especies emblemáticas han sido registradas con edades que superan el siglo, e incluso hay ejemplares documentados que han alcanzado más de 150 años.
Este fenómeno no es casualidad, sino el resultado de un conjunto de factores biológicos y ambientales que favorecen su excepcional duración de vida.
Mascotas que te duran toda la vida
Estamos hablando de las tortugas, quienes a diferencia de otras mascotas que, aunque queridas, viven relativamente poco, estos reptiles ofrecen una relación a largo plazo, incluso multigeneracional.
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Su ritmo metabólico lento, su robusto sistema inmunológico y su capacidad para adaptarse a entornos estables las convierten en candidatas ideales para quienes buscan una compañía que perdure.
En comparación, los perros de razas pequeñas, como los chihuahuas o jack russell, rara vez superan los 17 años; los gatos, incluidos los siameses, oscilan entre 12 y 20 años; mientras que aves como los guacamayos pueden alcanzar medio siglo con atención adecuada.
Incluso criaturas menos convencionales, como los koi japoneses o los tuátaras neozelandeses, pueden vivir un siglo o más, aunque su tenencia como mascotas es menos común.
Las claves para la longevidad
No obstante, para cualquier animal, la longevidad está condicionada por tres elementos clave: una genética favorable, cuidados responsables, que incluyen alimentación equilibrada y revisiones médicas regulares y, en menor medida, el tamaño del organismo, ya que algunas especies pequeñas tienden a vivir más.
Por ello, quienes estén considerando una mascota con la que compartir décadas de vida deberían mirar más allá de lo convencional. Sin duda, entre todas las opciones, las tortugas centenarias simbolizan paciencia y sabiduría, pero también ofrecen la posibilidad de un lazo fraternal que puede durar toda una vida... o más.